Sí. Somos humanos. Cometemos errores. Pero también poseemos una capacidad esencial para nuestro desarrollo: la de aprender de los errores de los demás. Por eso es tan importante observar a los que ya han recorrido el camino y dejarnos asesorar.
En esta serie para StartupsMentor voy a desglosar en términos prácticos los errores más comunes en emprendimiento, con sus correspondientes soluciones, desde mi perspectiva como emprendedor/mentor/formador. Espero que te sea útil, pero sobre todo espero que me comentes al final tus impresiones y tus dudas.
Error 1: confundir diseño de producto con modelo de negocio
Esta frase, muy repetida en entornos de emprendimiento anglosajones, explica muy bien la idea:
El emprendedor novato pone el foco en lo que va a vender; el emprendedor veterano se centra en “cómo” lo va a vender.
Dicen que el “cómo” es mas importante que el “qué”. Es una afirmación un poco radical pero esencialmente alineada con la realidad. El mundo está lleno de empresas que triunfan con productos obvios y mediocres; también está repleto de empresas que fracasan con productos geniales. Constantemente asisto a presentaciones de ideas brillantes que me dejan con la boca abierta… y de las que no vuelvo a oír hablar.
Si tienes una idea genial para un producto, no pienses ni por asomo que ya tienes un proyecto de emprendimiento.Necesitas un modelo de negocio completo, o lo que es lo mismo, el diseño de una maquinaria perfecta que tenga previsto cómo llegar a los clientes, cómo satisfacerlos y cómo hacer que el proceso sea rentable.
Hace tiempo, un business angel me comentó su “secreto” para saber cuándo el promotor que le presenta un proyecto está en el buen camino. Basta con hacerse esta pregunta después de escucharle:
“¿Describe con precisión necesidades, clientes, soluciones y cómo ganar dinero con todo ello?”
…Si no lo hace, probablemente no tiene un modelo de negocio, ¡aunque crea que sí lo tiene!
En un interesante post recientemente publicado por Ignacio Sánchez (@ignaciosanmar72) en el blog de Nacho Somalo (mentor de StartupsMentor), se desarrolla esta cuestión con mucha profundidad. Te recomiendo su lectura:Si no sabes qué hacer, monta una startup.
Error 2: Esconderse detrás de un logotipo
A diferencia del empresario tradicional, el emprendedor del siglo XXI no solo lidera proyectos, sino que de alguna manera «los protagoniza». Eso requiere una cierta actitud, que debe ser claramente perceptible para losstakeholders (clientes, socios, empleados, competidores, prescriptores, etc.). Veamos por qué:
Las empresas van y vienen. Se crean y se destruyen, triunfan y fracasan, se compran y se venden. Pero tú no eres una empresa. Tienes una marca personal, un prestigio, una visibilidad en tu entorno profesional, que te acompañará toda la vida. Si las cosas salen mal, es posible que esa marca personal sea lo único que te quede después del desastre; si salen bien, será un depósito más para capitalizar los frutos de tu éxito.
Vivimos en la Sociedad de la Información. Nos guste o no. Actuemos en consecuencia. Cultiva tu marca personal, no la confundas con las marcas de tus proyectos y sobre todo no la “escondas” ni renuncies a ella. Recuerda:
Tú proyecto más importante eres tú.
Tampoco olvides que:
Tu marca personal aporta un valor extra a tus proyectos.
…De hecho, deberías contemplar tu marca personal como una garantía para inversores, clientes, bancos, socios, etc. Tu buena fama como profesional experto y con talento es el mejor aval para defender tus proyectos.
¿Cómo puedes construir tu marca personal? Se podría escribir todo un tratado sobre esto. En tres brevísimos apuntes, estas deberían ser tus líneas básicas de actuación:
- Ten actividad en redes sociales como emprendedor experto en tu campo, pero siempre aportando valor.
- Participa en actividades de networking. No pares de conocer gente.
- Posiciónate por autoridad: sé autor y ponente (blog, conferencias, eBook, etc.), comparte tus conocimientos y trabaja para ser un referente en tu sector.
Error 3: Usar estrategias de naming de multinacionales
Las grandes empresas crean marcas basadas en nombres inventados y dedican cantidades ingentes de dinero a dotar a estos nombres de un significado y unos valores. ¿Puedes hacer tú lo mismo? Ya suponía que no 😉
Cuando nos forman, suelen enseñarnos casos prácticos de grandes empresas y…
…Terminamos por ver el mundo con las gafas del CEO de una gran corporación.
Pero nuestra escala es otra. Si no acudimos a un asesoramiento personalizado, solo nos quedan los libros de texto y los artículos de los «gurús» de Internet. Poca cosa.
Si eres un pequeño emprendedor, mi recomendación es que utilices siempre nombres descriptivos, especialmente si operas en Internet, para tu marca, para tus productos y en general para todo. No hay que ir muy lejos para encontrar un buen ejemplo: ¿cuál es la actividad de StartupsMentor? ¡Mentoring de startups! 😉 El nombre lo dice todo, ¿verdad?
Si solo con leer el nombre de tu marca ya consigues que tu audiencia te identifique como una solución a sus necesidades, habrás alcanzado un logro importante. Si te preocupa el SEO, con más razón.
Poner nombre a tu proyecto no es como poner nombre a “tu bebé”.
No. No es una elección personal. No es un ejercicio de introspección. Es una decisión estrictamente profesionalorientada a resultados. Para entenderlo mejor, recuerda siempre esto:
Tu audiencia debe estar siempre en el centro. Tu audiencia no eres tú.
Error 4: Hacer el “networking del crupier”
En algunos sectores, como por ejemplo el de las empresas de diseño, de desarrollo informático o de arquitectura, el 70% de los pedidos llegan a través de contactos profesionales.
En actividades dirigidas al consumidor final, las mejores oportunidades de partnership, financiación e innovaciónsurgen a partir de contactos sectoriales. Si no prestas atención prioritaria al networking, te estarás perdiendo muchas cosas importantes.
Sin embargo, hacer networking bien no es fácil. Apuntarse a todo, pero solo como «oyente», nunca es suficiente.
No hagas el «networking del crupier»: repartir tarjetas a desconocidos no basta.
…Eso no te va a funcionar. Mi consejo:
- Intenta ser coprotagonista en los eventos, al menos de vez en cuando, en la medida que puedas.
- Busca ocasiones que te permitan presentar tu proyecto a los demás.
- Si es necesario, organiza tus propios eventos.
- No olvides que el networking es esencialmente físico.
- Construye relaciones y no tengas miedo de mezclar lo personal y lo profesional; estamos en el siglo XXI 😉
Quizás no puedas ser, de momento, la estrella de la película pero deberías aspirar al menos a ser actor secundario del reparto. Como figurante sin texto, no conseguirás gran cosa.
Error 5: Sobredimensionar tu forma jurídica
Error típico de primerizo. Yo mismo lo cometí. Veo cómo lo cometen otros casi a diario. En España se crean muchas sociedades limitadas unipersonales de emprendedores sin inversores, ni empleados, ni clientes. A menudo, el camino natural es empezar como autónomo y dejar que nuestro proyecto vaya adoptando la forma jurídica adecuada en el momento preciso… Pero la coletilla “responsabilidad limitada” tiene un poderoso influjo sobre muchos emprendedores que interpretan ese concepto de forma demasiado literal.
Piensa que una empresa es una persona. Jurídica, no física, pero persona. Cuesta dinero y tiempo mantenerla, no es fácil “deshacerse” de ella y alguien se tiene que responsabilizar incluso si no tiene actividad.
Déjate asesorar por expertos gestores antes de decidir la forma jurídica de tu proyecto. Un buen mentor te puede aconsejar con sensatez y con independencia.
Error 6: Poner en marcha el motor sin suficiente combustible
El mundo está lleno de ejemplos que lo demuestran: dilapidar buenas ideas a base de chapuzas por falta de recursos no compensa jamás. Seguro que tú también conoces algún caso. Mi consejo al respecto:
Calcula lo que costaría poner en marcha tu proyecto en condiciones óptimas y no admitas rebajas.
Sé que esto es fácil de decir, y muy difícil de lograr, pero te aseguro que no es una tarea imposible.
Para triunfar necesitas talento y herramientas. Ambos cuestan dinero. Soluciones del tipo “esto me lo hace gratis mi cuñado, que ha hecho un cursillo” son el pasaporte directo al desastre (en otro apartado hablaremos más sobre ello).
Así pues, no busques atajos en el proceso de creación de tu startup: una vez definido tu modelo de negocio, tu siguiente objetivo como emprendedor no es ponerlo en marcha valientemente y cuanto antes, sino conseguir financiación. Muchos emprendedores de éxito basan sus triunfos precisamente en su capacidad para atraer inversores y satisfacer expectativas; ponte como objetivo entender cómo lo hacen.
¿Sabías que conseguir financiación es algo que se puede aprender? Compruébalo con una de las máximas autoridades en la materia: Mentoring con Rodolfo Carpintier sobre “Primera Financiación”.
Esto ya lo sabes, pero permíteme que te lo recuerde:
El dinero llama al talento, y el talento hace que las cosas salgan bien 😉
Error 7: Creer que hay un mundo físico y otro digital
Si te engañas a ti mismo y te convences de que hay un mundo físico y otro virtual, casi irremediablementeacabarás dejando lo “virtual” para una teórica “fase 2” de tu negocio. Lo he visto hacer muchas veces. No cometas ese error; no en el siglo XXI.
Tu mercado, como el mundo mismo, es un todo. No está hecho de realidades paralelas. Internet, las redes sociales, las nuevas tecnologías, el entorno digital, son parte de la vida de tus clientes. Renunciar a lo digital, o descuidarlo, significa hacer el trabajo a medias.
¿Sabías que…?
El 70% de los clientes buscan información online sobre los productos antes de comprarlos.
Haciendo una interpretación radical de este dato, casi podríamos decir que:
Tus clientes te están “comprando” online aunque no tengas eCommerce e incluso aunque no estés en Internet.
Error 8: Diluir tu pasión abriendo varios frentes
A veces nos perdemos en los detalles. Muchos emprendedores, sobre todo los primerizos, tienden a abrir demasiados “frentes” y creen que gestionarlos es solo una cuestión de prioridades y de pasión. Pero no:
- Cada “frente” reclama su cuota de atención y de recursos, impidiéndonos mantener el foco donde realmente lo necesitamos.
- No puede haber “foco” sin pasión y no puede haber pasión cuando la atención se dispersa.
En uno de sus momentos más inspirados, Steve Jobs dijo que…
“Focusing is about saying no” («Poner el foco tiene que ver con decir no»)
Así resumió el genio que cambió nuestras vidas uno de los secretos de su éxito. Hazle caso. Si dispones de unos minutos extra, te recomiendo que veas este video (en inglés) en el que Jobs explica su visión del concepto “foco”:Focusing is about saying no.
Error 9: Creer que puedes hacer sin dinero cosas que cuestan dinero
El emprendedor primerizo nunca ha tenido que pagar por servicios tales como hacer un logotipo, llevar la contabilidad, crear un blog, hacer una campaña en Google o gestionar redes sociales… Cuando toca pagar del propio bolsillo la perspectiva cambia por completo, y algunos terminan cayendo en la tentación de buscar falsas soluciones «sin coste» como estas (verídicas):
“El logo me lo hace mi cuñada que es estilista y pinta muy bien.”
“Las redes sociales me las va a llevar mi sobrina, que es relaciones públicas de una discoteca y conoce a mucha gente.”
“El asesoramiento legal me lo da el contable, que no es abogado, pero se las sabe todas y lo incluye en el precio.”
Las profesiones existen, y de hecho algunas están regladas, porque ciertas tareas no las puede hacer cualquiera. Para economizar costes puedes negociar, comparar e incluso resignarte a usar un servicio modesto en lugar de uno de máxima calidad, pero no puedes suplantar oficios: eso pone tu proyecto en el mal camino.
No hagas “rebajas” a tu proyecto. No escatimes tus sueños.
Error 10: No conocer a tu audiencia (aunque creas que sí)
Muchos emprendedores se basan en estudios de mercado estrictamente cuantitativos para completar “formalmente” su Plan de Negocio. Eso está bien, pero sirve para lo que sirve: solo es un punto de partida para establecer el tamaño de tu mercado y segmentar campañas.
Esos fríos datos sociodemográficos no son útiles para comunicarte con tus clientes, porque no te dicen cómo son en realidad esas personas: cuál es su estilo de vida, cuáles son sus hábitos, cómo piensan, qué les gusta, qué odian, qué aman, qué admiran, cuáles son sus modelos de conducta, en qué contexto adquieren y consumen tu producto…
Con frecuencia, el emprendedor se toma a sí mismo o a personas de su círculo inmediato como referente, pero como ya dijimos en una entrega anterior:
Tu audiencia no eres tú.
…Y las personas que te quieren, tampoco: su perspectiva está tremendamente sesgada por su relación contigo.
Para saber cómo es de verdad tu audiencia, necesitas hacer una investigación de campo que te dé esa información.
En la actualidad, las claves para obtener este tipo de datos cualitativos tan valiosos son dos:
- ¡Más observar y menos preguntar!: tus clientes no van a hacer tu trabajo; a base solo de cuestionarios, como se hacía en el siglo pasado, solo vas a conseguir desorientarte.
- Trabajar con arquetipos: segmenta tu audiencia en grupos con atributos comunes y crea “arquetipos”, personas ficticias que representen a cada uno de esos grupos. Estos arquetipos, si consigues que sean “casi reales”, te ayudarán muchísimo a la hora de crear productos y estrategias de comunicación, porque podrás diseñar pensando en ellos en lugar de en meras abstracciones estadísticas o en personas de tu entorno.
Más en la próxima entrega
Como siempre, mil gracias por leer hasta aquí 🙂
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¡Hasta la siguiente entrega!
Por Ernesto del Valle @edelvallemartin
FUENTE: www.startupsmentor.com