En mi anterior post “Cuando la realidad hackea la ficción” escribí acerca de un estudio recientemente realizado por la red social Twitter acerca del uso que hacen sus usuarios de ella.
Parte de dicho estudio, remarca el hecho de que el mismo no puede ser tomado como la realidad de la sociedad actual. El uso que se hace de una red social no puede, no debe tomarse como una imagen fiel de cómo son sus usuarios.
¿Entonces cómo somos en las Redes Sociales?
De “yo” a “@yo” ¿y juego al yo-yo?
Todos conocemos algún ejemplo de persona que dista mucho en su trato online y offline. Personas con un perfil dual con dos subperfiles opuestos que aparecen y desaparecen, todo muy Doctor Jekyll y Mister Hyde.
Y es que, seamos conscientes de ello o no, existen en nosotros distintos “yoes” que afloran según las circunstancias en las que nos vemos envueltos. Para no terminar dando una imagen más que dual, con cambios extremos, y sentirnos a la vez cómodos con nuestra participación en plataformas como Facebook o Linkedin, nada mejor que echar un vistazo a cómo te relacionas con los demás y contigo mism@.
Para conversar sobre esto, si te apetece, podríamos hacer una distinción sobre tu yo on y offline.
Calificamos entonces, si te parece, de “yo” a aquello que muestras de ti, cómo te relacionas con los demás en tus relaciones no virtuales. Mientras que el “@yo” es aquella imagen que emites en tus conexiones online. En las distintas redes y con personas que conoces dentro y tal vez también fuera de ellas.
Si bien es cierto que ambas facetas no suelen ser al 100% espontáneas (recuerda que siempre existirá una parte de ti que es recomendable que reserves para tus más íntimos, otra más reservada aun, que es un regalo para ti), tu “@yo” es más propenso a ser preconcebido de algún modo. No en vano, la mayor parte de las veces que emite sus mensajes, son por escrito. Modo en el que la reflexión ( tal vez no tanto como quisiéramos algunos) forma mayor parte de la ecuación ¿no es cierto?
¿Es entonces el “@yo” menos auténtico que el “yo”?
Bajo mi punto de vista solo lo será si te empeñas en complicar tu uso de las Redes Sociales, de un modo excesivamente estudiado o encorsetado. Considerando en exceso aquello que quieres obtener, en vez de disfrutar de la experiencia y dejarte conquistar por las personalidades, conocimientos y palabras de los demás. Por la belleza de la conexión por la conexión, de tanto en tanto. Y, más importante aún, de aquello que surge, que descubres en ti mismo, que de no ser por tu interacción sana y espontánea, quizá quedaría en ese triste limbo de las ideas no-natas, de las palabras no pronunciadas.
No cabe sino admitir que cualquier tipo de relación social no es enteramente espontánea, ya que existen factores en nuestra forma de relacionarnos con los demás que nos empujan en ocasiones a “pulir” nuestros mensajes o imagen, a facilitar dichas relaciones con algún grado de artificialidad que surge del inconsciente y de la que no siempre nos apercibimos. Y esto es algo a tener en cuenta para evitar caer en juicios inútiles, en vez de apreciaciones más cercanas a la realidad.
El “@yo” en esta época en la que se ha descubierto las lindezas de la marca personal-profesional viene secundado de amplitud de acciones y aspectos a tener en cuenta si queremos sacarle un máximo provecho a nuestras redes en general y a nuestros potenciales y relaciones en concreto. Ello no debería implicar, no obstante, ni confundirte ni perder tu personalidad para lograr tus objetivos.
Ser consciente de tener en cierto modo compartimentado nuestro yo online del offline nos puede dar una sensación extraña, tanto subir y bajar de aquello que consideramos estudiado o correcto, potenciador o sencillo. Y es posible que, si nos tomamos en serio en exceso a nosotros mismos, a nuestra marca personal y a nuestros objetivos, olvidándonos de la espontaneidad y de disfrutar, terminemos por experimentar un uso estresante de las Redes Sociales, que nos deje mareados y tal vez nos lleve a sentirnos incómodos con nosotros mismos y con el perfil que de nosotros hayamos creado como marca personal. Mejor hacer algo al respecto ¿verdad?
¿Cómo estar las redes, sin estresarse?
- Realizar un trabajo de autoconocimiento. Conocernos mejor puede ser de gran ayuda a la hora de encontrar los puntos de nuestra personalidad que sea una buena idea revisar o reforzar antes de involucrarnos en las Redes Sociales.
- Crear tu propio kit de autoestima. Tener clara tu valía, tu potencial y experimentar tu conexión con los demás de forma equilibrada es vital, para crear y mantener una interacción en las redes, de vivir, convivir y compartir en cualquier formato existente o por inventar.
- Ser consciente de que, igual que en la vida fuera de ellas, hay personas que no están por la labor de ser sinceras, honestas, consideradas, etc… ¡y no pasa nada! ¿Que prefieren ser un fake, un troll? ¿Qué prefieren tener relaciones no equilibradas, fructíferas y sanas? ¡Allá ellos! Recuerda que siempre puedes rodearte de personas sencillas y “buenrollistas”. Lo que me lleva al siguiente punto:
- ¡No pierdas energías y tiempo con quien te haga sentir mal! Y esto, por supuesto que va más allá de las Redes Sociales.
- Pasa de compararte con los demás (sobretodo a la baja) a comparar sus acciones en las redes. Toma tu creatividad y llévalo a tu terreno, ponle tu sello personal.
- Inspírate, nada de copy/paste. Copiar no solo será malo para tus redes, te puede traer problemas serios, incluidos terminar por sentirte un fake. ¡Y es totalmente innecesario!
- Simplifica, sírvete de las TIC… Aprovecha para encontrar formas de estar en las Redes Sociales que no perjudiquen tus relaciones fuera de lo virtual.
- Las redes serán más sociales si no te olvidas de que tras los perfiles hay personas con las que puedes aprovechar para tener experiencias estimulantes. Revitaliza tu experiencia en las redes desvirtualizando.
- No conviertas el uso de tus redes en trabajo, trabajo, trabajo. No cuadricules tu experiencia ¡y disfruta!
fuente: http://porelcaminoazul.blogspot.com.es/2015/07/el-uso-de-las-redes-sociales-y-9-tips.html