Investigadores y empresarios colaborarán en este proyecto a fin de crear nuevos modelos de negocio
Investigadores, empresarios y grupos de desarrollo local de las comarcas turolenses trabajarán de forma conjunta en el Centro de Innovación en Bioeconomía Rural que este miércoles ha abierto sus puertas en el polígono Platea de Teruel, en un edificio que ha permanecido desde su construcción, hace siete años, cerrado por falta de iniciativas viables. La inauguración de este centro, que ha contado con la presencia del presidente Javier Lambán, ha llegado a despertar una gran expectación entre los sectores empresariales y agentes sociales de la provincia, cuyos máximos representantes llenaban el salón de actos donde se ha presentado el proyecto.
Con un nuevo concepto de desarrollo basado en la bioeconomía –con el aprovechamiento de los recursos del territorio y la reutilización de los residuos como ejes fundamentales–, este edificio, cuya construcción supuso una inversión de 2,4 millones de euros, será el centro de operaciones de investigadores, de la iniciativa privada, de asociaciones y de representantes de la Universidad para impulsar nuevos modelos de negocio. Todos ellos, junto con la colaboración de cajas de ahorro, trabajarán bajo el paraguas del CITA (Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón) con la misión de generar nuevos productos que lleguen al mercado. Concretamente ya han confirmado su participación una veintena de socios, entre ellos, el grupo Térvalis y Caja Rural de Teruel.
El centro de Platea arranca con quince proyectos de I+D (Investigación y Desarrollo) ya en marcha, la mayoría relacionados con el mundo de la truficultura y el azafrán, según ha explicado la consejera de Universidad, Pilar Alegría. Potenciar la calidad, la productividad o la eliminación de plagas son algunos de los objetivos que persiguen estos estudios.
Alegría ha dicho que en estos momentos hay cinco investigadores fijos que ocupan los dos laboratorios de las instalaciones. «Conforme vayamos captando fondos europeos, se irá aumentando esta plantilla», aclaraba. Para la consejera, el edificio será un «centro de referencia» en materia de desarrollo innovador.
Y no solo se verá beneficiado el sector agroalimentario, sino otras materias que ocupan un papel fundamental en la economía turolense. «El trabajo aquí permitirá mejorar la gestión bioforestal, el bioturismo, además de la agricultura sostenible», aseguraba Pilar Alegría, para quien Teruel reúne las condiciones idóneas para los trabajos en bioeconomía. «Ya que –ha subrayado– transforma en alternativas lo que antes eran dificultades, como la regresión demográfica».
Despoblación
El presidente Javier Lambán se mostraba convencido de que el Centro de Bioeconomía prestará «importantes servicios a la provincia de Teruel y la Comunidad Autónoma en su conjunto». Y lo ha considerado un elemento relevante para crear riqueza en el mundo rural. «No creo en milagros para combatir la despoblación –admitía– ni que Europa tenga la varita mágica. Creo en el sector productivo de aquí». El presidente aragonés sostiene que la única manera de luchar contra la pérdida de población es «generar oportunidades de empleo», y el sector de la agroalimentación ofrece, a su juicio, las mejores posibilidades para ello. «Eso sí, vinculado a conceptos como la innovación», matizaba.
El edificio que se inauguraba este miércoles fue construido hace siete años para promover desde Teruel el estudio de cultivos agroenergéticos, pero un cambio en la política de subvenciones a las fuentes de combustibles alternativas bloqueó su apertura. El contenido desde entonces ha variado, lo mismo que la titularidad del centro, que actualmente depende del CITA. Su construcción fue financiada por el Plan de Actuación Específico para Teruel (PAET), creado en la legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero para impulsar el desarrollo de esta provincia.
FUENTE: HERALDO