Los expertos calculan que aproximadamente el 75%-80% de los puestos de trabajo están ocultos. Esto viene a ser cómo un Iceberg, del que sólo la punta es visible. Se trata de ofertas de empleo a las cuales no se tiene acceso mediante los medios habituales, que pueden ser la prensa, internet, los boletines oficiales…
Las razones para que estos trabajos no aparezcan en estos medios son muy variadas; que se trate de una empresa pequeña y no tenga recursos económicos o técnicos para publicarlas, que existan vías alternativas a los métodos tradicionales, que exista una tradición en el modo en el que esa empresa recluta, que se trate de ofertas para sustituir a alguien de la empresa o que no deseen mostrar a la competencia aquellos perfiles que recluta.
Con todo, la cuestión es que hay una ingente cantidad de ofertas a las cuales no se puede acceder por las vías normales. En la entrada de hoy reflexiono sobre diferentes maneras que puede haber para acceder al trabajo oculto y aquello que podemos hacer al respecto.
En primer lugar, no todo el empleo oculto está tan escondido. En ocasiones, sólo está en sitios en los que normalmente no buscarías: bolsas de trabajo profesionales, bolsas de trabao de ayuntamientos, ofertas de trabajo de LinkedIn, ofertas de Twitter o las ofertas que se publican en las propias páginas web de las empresas son ejemplos de ello. Salir de vez en cuando de los sitios habituales para la búsqueda de empleo puede ayudar a buscar nuevas ofertas.
Sin embargo, en otras ocasiones sí que hablamos de ofertas de trabajo que no se llegan nunca a publicar. Seguro que habéis conocido a personas que han accedido a trabajos porque conocían a alguien o participaba en algún proyecto. Muchos tildan esto de “enchufismo” o “suerte”, pero yo lo entiendo más desde la perspectiva de “estar en el lugar adecuado en el momento adecuado”.
Así pues, ¿Cómo podemos nosotros tener esa “suerte” que tanto deseamos? Para ello recomiendo hacer tres cosas que todos podemos hacer en menor o mayor medida. Estar activos, ser visibles y hacer networking, elementos que están interrelacionados entre ellos.
En primer lugar, podemos ser activos de muchas maneras, participando en voluntariados, actividades o asociaciones de tu localidad. Todo ello te puede servir para aprender, darte a conocer entre las personas de tu localidad y también a que vean tal y cómo eres, construir tu marca personal. También podemos ser activos buscando trabajo de manera pro-activa. No esperar a que se publiquen las ofertas, si no enviando auto-candidaturas a las empresas que nos interesen.
En segundo lugar, también podemos hacernos más visibles de otras maneras que hoy en día son absolutamente necesarias, cómo las redes. Muchos de los reclutadores y empresarios de hoy en día, no publican ofertas, si no que hacen una búsqueda pro-activa. Es decir, buscan en las redes a personas que tengan el perfil que buscan. Por esta razón es muy importante, por un lado, definir muy bien tu perfil profesional y qué buscas y, por otro, hacerte visible en las redes.
En tercer y último lugar, está el Networking. Se trata de cultivar tu red de contactos y ampliarla. Por otra parte, también tu red de contactos debe saber que buscas trabajo y de qué, pero la conversación debe ser fluida y no hacer sentirse al interlocutor presionado. Aquí, como recomendación general puedo deciros lo siguiente para: sé generoso, trata a los demás cómo te gustaría que te trataran a ti, piensa que todas las personas pueden llegar a ser un valioso contacto y, por último, ofrece sin pensar a recibir.
Espero haberos ayudado un poco en mi entrada de hoy y podéis contar conmigo para hacer networking.
Un saludo.
AUTOR: Jaime Armada Fernández (gracias Jaime por este excelente artículo y compañero de redes).
FUENTE: www.lanuevarutadelempleo.com