“La excelencia es el arte que se alcanza a través del entrenamiento y del hábito, nosotros somos lo que hacemos repetidamente, la excelencia entonces, no es un acto, sino un hábito” Aristóteles
Tras el verano se nos hace más difícil volver a la rutina de buscar trabajo, precisamente porque es una rutina que depende de nuestra fuerza de voluntad, es una rutina en pos de un objetivo que se presupone a medio, largo plazo, cuyos frutos tardan en verse y eso hace que cunda el desánimo y el desencanto. Y es que volver a ponerse, cuesta.
Si entendemos un hábito como una forma de proceder adquirida por la repetición continuada de actos iguales o parecidos, entonces un hábito se convierte en tal, cuando a base de repetir y repetir, se llega a hacer de manera automática. Y eso es lo difícil de los hábitos excelentes, que es más sencillo un mal hábito que conduce a no hacer nada, a la pereza, que un hábito que conlleva un esfuerzo, máxime, repito, cuando el objetivo a conseguir se antoja lejano.
– ¿que me tengo que levantar temprano para buscar trabajo?¿que tengo que llevar una agenda y diversificar mi búsqueda?¿para qué? Si luego no me cogen por edad, experiencia…..
– Somos lo que hacemos todos los días, y al final no vas a saber por qué no te cogen, si por alguna de todas las creencias-excusas que pones o porque no buscas.
Pero…¿por qué nos cuesta tanto adquirir buenos hábitos?
Para construir un buen hábito hay que pasar necesariamente por una etapa de sacrificio, donde sólo ves el sacrificio, hasta que se logra que la acción sea automática y por tanto no nos cueste esfuerzo. Se dice que un hábito está automatizado en 21 días; yo diría que depende del hábito a instaurar y la persona. Y tenemos que tener en cuenta que en el periodo de construcción, un día fallado es un día que supone la vuelta a empezar desde el día 1. Con el hábito de búsqueda de empleo es difícil, porque muchas personas buscan desordenadamente o los más disciplinados de lunes a viernes. Y eso es lo que hace que se dificulte el mantener ese hábito. Aunque sea el sábado y el domingo, dedícale una hora a revisar el correo o a tareas que consideres más livianas.
Cuando he comentado que el tiempo de tener instaurado un hábito depende de las personas, me refiero a manejar tres cualidades muy concretas;
La prudencia. El hábito ha de ser factible. Cuando nos quedamos sin trabajo, nos entra el «ansia viva» y nos lanzamos a buscar sin ton ni son, sin estrategia y dedicándole mucho tiempo. Esto no se sostiene en el tiempo. Igual que subimos, bajamos. Es mejor proponerse una estrategia de búsqueda, con diversidad de acciones cada día y ponerse poco a poco, «al merme» que habla el Mago More en su libro «Superpoderes del Éxito para Gente Normal»
Paciencia. La búsqueda se pude alargar pero, con un objetivo claro, bien definido, con una estrategia diversificada (no vale sólo buscar en Infojobs) y «pico y pala» diarios, el resultado llegará.
Perseverancia. Todos los días, hasta que se automatice el hábito, sin fallar ni uno, «pico-pala, pico-pala», independientemente de nuestro ánimo, haz para sentirte mejor, ese es el mejor remedio para los días bajos.
Por último, todo hábito tiene que tener un ¿para qué? que es lo que te va a mantener motivado, un para qué, que tenga que ver con tus aspiraciones, si puedes visualizarlo mejor. Verte día a día trabajando por ese objetivo y cómo lo consigues, en una especie de viñeta de comic o de película de cine, verla en tu cabeza y ¿por qué no? dibujarla y tenerla a mano para que tu hábito de búsqueda tenga ese componente emocional que nos empuja hacia adelante.
AUTORA: MERCEDES FRÍAS @mercedesfriasm
FUENTE: LA NUEVA RUTA DEL EMPLEO @nuevarutaempleo
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