El mercado laboral parece estar más abierto que nunca y al alcance de cualquiera que tenga un smartphone y un currículum a mano. Sin embargo, es una de las actividades donde más claramente se evidencia la desigualdad de género. No solo es el sueldo, las condiciones de trabajo o las probabilidades de promoción, sino también la forma en que se redactan las ofertas de empleo que se publican.
¿Mismas oportunidades?
Según un estudio del Observatorio Social de la Caixa, las mujeres tenemos un 30% menos de posibilidades de que nos llamen para una entrevista de trabajo, aun estando en las mismas condiciones y cumpliendo los mismos requisitos que los hombres.
Esta discriminación aumenta si las mujeres que se presentan tienen hijos, siendo preferidos los hombres con hijos; y disminuye si las condiciones son que ambos están sobrecualificados para el puesto. Según el estudio, las mujeres sufrimos por ser mujeres y por ser madres, mientras que a los hombres ser padres les beneficia en su curriculum vitae.
Según Almudena Alonso, astrobióloga del CESIC-INTA, ya no se pone tanto en duda la profesionalidad de las mujeres, sino la capacidad de liderazgo y compromiso. Se entiende que, cuando llegue a casa, tendrá hijos de los que ocuparse y no tendremos el mismo tiempo para dedicarle a nuestra profesión de lo que tendría un hombre, sea padre o no.
Tenemos tan interiorizado que la mujer es la que se va a encargar de la mayoría de las tareas domésticas, trabaje o no fuera de casa, que las empresas entienden que no vamos a tener tanto tiempo para nuestro trabajo, volviéndose una traba para nosotras el querer formar una familia. Sin embargo, un hombre con hijos transmite responsabilidad y se convierte en algo positivo para él y mejora su perfil profesional.
Las mujeres tenemos que trabajar el doble para conseguir lo mismo. No solo nos cuesta más acceder a las ofertas de trabajo, sino que, además, tenemos que demostrar constantemente nuestra capacidad de trabajo.
Aún así, los estereotipos de género son un factor clave que afecta al proceso de selección a la hora de que una mujer decida presentarse a una oferta de trabajo.
en su libro Estereotipos de género en el trabajo, Maria Àngels nos habla de cómo la peor forma de exclusión es la auto-discriminación.
Muchas mujeres deciden no aplicar a ofertas de empleo escritas en masculino o que exijan una labor de liderazgo y mando. No por no sentirse aptas para el puesto de trabajo que se oferta, sino para evitar situaciones incómodas en la que las juzguen, no pongan en valor su capacidad o piensen que no es compatible con su vida familiar.
Requisitos en las ofertas de empleo
Hay que ser conscientes de que, aunque internet haya facilitado el proceso, también ha provocado que nos encontremos con ofertas de trabajo dudosas e incluso irrespetuosas.
Una rápida búsqueda en los portales de empleo en internet, nos ayudará a encontrar casos en los que puestos de trabajo especificados para mujeres sugieren actividades extras, requieren un aspecto determinado o sugieren la necesidad de que sean muy liberales.
Estas situaciones ocurren, sobre todo, en anuncios para trabajar de dependienta, camarera, azafatas de eventos, secretarias o limpiadoras. En ellos, los solicitantes no tienen ningún pudor en exigir ciertas características físicas o favores sexuales a cambio del puesto de trabajo o del sueldo, apoyándose en la posible precariedad o desesperación por encontrar trabajo que el desempleo en nuestro país ha provocado.
Cuando se trata de presentarte para ser camarera, parece que el foco de los requisitos reside en si eres guapa o no, como si eso formara parte de la formación que una mujer tiene que recibir para ser buena profesional, como podéis ver en este ejemplo.
Las ofertas para limpiadoras son otro choque con la realidad. Por el título parece que el anunciante quiere que le limpien la casa, pero luego nos encontrarnos con que, en verdad, las condiciones llegan a ser denigrantes.
Si comparamos ofertas que están solo escritas en femenino con ofertas escritas para hombres y mujeres, nos solemos encontrar un patrón en el que, en la oferta femenina, se suele hacer más alusión al físico que a la experiencia, a diferencia de lo que ocurre si da igual el género del candidato.
En este caso, nos encontramos con dos ofertas para camareros. Ambas ofertas son para fines de semana, una para chicas, otra para ambos. Las camareras tienen que ser “jóvenes, guapas y con ganas de aprender”. Si la oferta incluye a chicos también, entonces es cuando el foco se pone en la experiencia necesaria para desarrollar el puesto.
Los estereotipos ya preestablecidos sobre qué trabajo pertenece a cada género también crea desigualdad. Si buscamos “dependiente” es más probable que nos salgan anuncios como el primero: ferreterías. Si buscamos “dependienta”, nos encontraremos tienda de ropa, tiendas infantiles…
Una de las nuevas técnicas que se pide a las empresas para velar por la no discriminación es que tengan en cuenta el lenguaje inclusivo y no sexista a la hora de redactar una oferta de empleo.
En este ejemplo, podemos ver el caso de dos ofertas para un cargo directivo. En la primera imagen se ve un anuncio escrito en masculino: “el candidato seleccionado”, “director”, “ser el responsable”, etc. En el segundo, sin embargo, vemos un lenguaje más inclusivo y en el que la descripción de la oferta está escrita en segunda persona para evitar definir el género.
Además, la oferta habla de un director o directora, haciendo alusión a que esperan candidatos de ambos géneros.
Las redes sociales, especialmente Twitter, se han convertido en un portal para denunciar y hacer que los anunciantes se sientan expuestos. Muchos son los casos en los que chicas se han hecho virales por los requisitos que les exigían en un nuevo trabajo o en los que influencers han delatado lo que le ofrecían en ofertas de empleo.
Además, el Observatorio de la Imagen de las Mujeres en la Publicidad y los Medios de Comunicación vela por la integridad de las mujeres tanto en la publicidad como en los medios. Es por esto que también se tienen en cuenta las quejas sobre ofertas de empleo sexistas o discriminatorias, ya que las entienden como campañas publicitarias. Asimismo, aseguran que “si se entiende que la oferta puede ser discriminatoria de acuerdo con la legislación vigente, además se remite al área jurídica para su valoración y actuación correspondiente.”
Cómo mejorar la igualdad
Hacer que la sociedad sea más igualitaria es responsabilidad de todos. Es por esto que empresas y particulares debemos poner de nuestra parte para conseguir que nadie sea discriminado.
El Ministerio de Servicios Sociales e Igualdad, en su asesoramiento a empresas en la igualdad, nos da consejos para que seamos conscientes de la situación como, por ejemplo, repasar las ofertas de empleo antes de publicarlas, ya que una oferta sexista normalmente deriva a una contratación sexista. Además, se aconseja revisar los puestos que más hombres o más mujeres tienen y que se determinen cuáles son las causas de que no haya una situación más igualitaria.
Algunas empresas empiezan a hacer autocrítica y a analizar su propia plantilla, dándose cuenta de que sus propios procesos no funcionaban y también causaban desigualdad. Por ello han redactado de nuevo las ofertas con un lenguaje más inclusivo, Han realizado una guía dirigida a los reclutadores para eludir los sesgos inconscientes durante el proceso de admisión o las entrevistas de trabajo, etc.
Además, para los autores del estudio del Observatorio Social de la Caixa, los procesos de selección deben volverse más neutros, sin que sea un factor determinante el sexo del candidato, lo cual eliminaría la primera barrera antes de la entrevista de trabajo.
Está claro que iniciativas como el lenguaje inclusivo, por sí solas, no van a arreglar la situación, pero sí ayudan y son más fáciles de implantar poco a poco. Es por esto que estas decisiones tienen que ir acompañadas de acciones reales y de autocrítica para genuinamente conseguir un cambio real.
Aunque aún hay mucho por hacer, cada vez es más frecuente que a los profesionales se les valore por su potencial y sus capacidades y no por el género y/o ambiente que les rodee. Muchas empresas y el gobierno buscan educar en igualdad, pero no mejoraremos hasta que no seamos capaces de hacer autocrítica con nuestro propios actos.
Por esto es necesario un cambio de perspectiva que permita la evolución positiva de las contrataciones y promociones, empezando por las ofertas de trabajo que se publican diariamente.
Fuente y Agradecimientos: a través de @empleoytrabajo
Puedes ver + en este enlace: https://empleoytrabajo.org/igualdad-de-genero-en-las-ofertas-de-empleo/