Algo que vengo observando desde hace algún tiempo es que parece que el único objetivo de la gente que está en búsqueda activa de empleo es mandar un currículum.
Pienso que esta idea ha sido alimentada desde hace algún tiempo entre todos ya que se concede, desde mi punto de vista, excesiva importancia al currículum.
Una clara consecuencia de esta idea es el hecho de que la gente se las ingenie para mandarte el currículum por todos los medios posibles.
Y como muestra, voy a compartir con vosotros dos casos que me han sucedido hace unos meses:
Me gustaría dejar bien claro que no es que me moleste ni mucho menos recibir currículum. De hecho cualquier persona puede acceder a mi correo electrónico e incluso a mi teléfono con bastante facilidad ya que soy de la opinión que uno debe predicar con el ejemplo y, por lo tanto, hay varias opciones al alcance de cualquier para contactar conmigo.
Lo que sí me gustaría resaltar es que es muy habitual que, en la información que circula en la red, se ponga como principal objetivo, para aquellas personas que están en búsqueda activa de empleo, poder acceder a un correo electrónico para poder enviar el currículum, cuando este hecho es justamente el final de la cadena, por decirlo de alguna manera.
Desde mi punto de vista, marcarse como objetivo mandar cuantos más currículum mejor, es una estrategia errónea por varias razones:
Un estudio de Adecco ha puesto de manifiesto que el 80% de las ofertas de empleo están ocultas; es decir, no se publican en ningún portal de empleo ni aparecen de forma visible en las webs de las empresas. En este caso la forma más adecuada para poder acceder a acceder a este mercado oculto es mediante la red de contactos y el networking. La candidatura espontánea también se perfila como una fórmula eficaz para poder acceder a este tipo de ofertas siempre y cuando se despierte el interés del reclutador o de la empresa.
Sin embargo, el currículum hoy en día es uno de los medios más poco eficaces para llamar la atención de las empresas o de los reclutadores , y ello por varias razones:
- Resulta bastante complicado poder constreñir en tan solo 2 folios quiénes somos, a qué nos dedicamos, cuáles son nuestras habilidades y por qué somos la persona indicada para ese puesto. Al final terminamos reflejando en nuestro currículum lo que creemos que puede interesar a la empresa o al reclutador pero eso no significa que sea lo que realmente nos represente como profesionales.
- Las empresas y los reclutadores reciben infinidad de currículum y la decisión de si el tuyo va a ser el elegido o no depende de tan solo 6 segundos, que es el tiempo medio que se dedica, no tanto a leer, sino más bien a “escanear” un currículum. La realidad hoy en día es que los reclutadores buscamos algo concreto en un currículum y la mayor parte de las veces, si no se encuentra, no se suele terminar de leer.
- El currículum es un documento estático que difícilmente va a reflejar nuestros valores, opiniones e incluso si nuestro perfil puede encajar o no con la cultura de la empresa. Es por ello que puede ser habitual que candidatos muy válidos sean descartados a primera vista simplemente porque el currículum no encaje dentro de unos determinados parámetros.
De ahí la importancia de que seamos visibles en las redes sociales ya que son una ventana abierta a la que nos asomamos, tanto candidatos como reclutadores para buscar talento y nuevas oportunidades.
Quedarse tan solo en el simple acto de mandar currículum sin hacer nada más es como pescar en un lado del lago y que los peces se estén paseando por delante de nuestras narices sin poder llegar a ellos simplemente por no querer movernos de la zona donde nos hemos instalado pensando que es el mejor lado del lago.
Mandar muchos currículum a diestro y siniestro puede resultar verdaderamente desesperante, sobre todo si no se consigue respuesta. No hay nada que resulte más frustrante que ver que se han enviado más de 100 o 200 currículum sin haber obtenido ninguna llamada para hacer una entrevista. Conozco gente que tiene como criterio, cuando está en búsqueda activa de empleo, mandar todos los currículum posible por si “suena la flauta”. Existe una mal entendida idea de que si no has mandado varios cientos de curriculum al cabo de varios días entonces es que no estás buscando trabajo de verdad.
Mi opinión en ese sentido es totalmente diferente: mandar muchos currículum no te va a dar más oportunidades por mucho que haya gente que así lo afirme. La explicación es bien clara: cuando decidimos mandar un gran número de currículum, y teniendo en cuenta la poca oferta que existe, lo más habitual es que lo mandemos a ofertas que no cumplimos el perfil, ya sea porque nuestro perfil está bastante por encima o por debajo de lo solicitado. Al final terminamos cayendo en un bucle del que es difícil salir: empiezo mandando el currículum a ofertas en las que mi perfil encaja y si no recibo respuesta, empiezo por abrir el abanico hasta que termino “disparando a todo el que se ponga a tiro” sin importar lo que pidan. Esta suele ser una de las causas más comunes de frustración a la hora de buscar empleo.
Como he comentado más arriba, mandar un currículum no es más que el final de todo un proceso pero no debería ser el inicio, que es lo que normalmente suele suceder.
Antes de lanzarnos a mandar currículum como descosidos, conviene que nos planteemos los siguientes puntos:
- ¿Tienes clara cuál es tu estrategia a la hora de buscar empleo? cuando he hecho esta pregunta, casi siempre recibo la misma respuesta: “mi estrategia es encontrar empleo”. Eso no es una estrategia. Eso es un objetivo. Resulta fácil confundir objetivo con estrategia y esto es algo bastante habitual en la búsqueda de empleo. Mi estrategia es todo aquello que voy a hacer para alcanzar mi objetivo y eso requiere de planificación y de análisis, cosa que rara vez hacemos.
- ¿Qué puedes aportar tú de valor a la empresa?, ¿qué tienes tú de diferente que no tengan los demás?: este suele ser otra de los puntos que con frecuencia olvidamos. No conocemos qué tenemos de especial, que nos haga diferentes a los demás. Al final resulta difícil poder diferenciarse de tanto candidato porque ni nosotros mismos sabemos qué tenemos de valor. En definitiva, hacer una gestión activa de nuestra marca personal.
- ¿Estás seguro que los canales que estás usando para buscar empleo son los más adecuados? ¿has pensado en lo que las redes sociales pueden aportarte?Este es otro de los puntos en los que encuentro un mayor número de errores. Seguimos pensando en los portales de empleo como los medios más adecuados cuando la realidad nos está mostrando que las redes sociales resultan mucho más eficaces: no están tan masificadas como los portales de empleo y permiten que podamos mostrar nuestro valor como profesionales de forma mucho más completa. Si tus canales habituales no te están dando resultado, ¿por qué no probar con otros?
- Mandar el currículum al reclutador no es más que el final de todo un proceso, tal y como he indicado más arriba. Y por supuesto para que resulte efectivo es más que recomendable que hayas conseguido despertar su interés antes. Y para eso las redes sociales son las aliadas perfectas ya que nos permiten poder conocer e interactuar con gente que de otra manera sería bastante difícil.
FUENTE: http://isabeliglesiasalvarez.com/