Desde STEL Order (software de gestión en la nube para autónomos y pymes) queremos poner sobre la mesa una expresión muy utilizada por emprendedores a día de hoy: zona de confort, pero, ¿qué es tu zona de confort? Es aquel lugar o aquella situación en la que, por hábito o costumbre, se convierte en algo cómodo para ti. Esto engloba desde tu lugar de origen, tu trabajo, hasta la relación que tienes con tu pareja durante años. Todo ello es reconocible o cercano, y en ese sentido nos encontramos a gusto y creemos tener el control de la situación en todo momento. Nada nos sobresalta y nada nos altera nuestra plácida vida.
Sin embargo, si tienes ese espíritu emprendedor que te impulsa a crear todo aquello que mejore la vida de alguien, tu zona de confort puede ser el principal freno a tu creatividad. Las personas con ideas propias siempre estarán rodeadas por gente que les dirá lo difícil que es, o que eso no es una buena idea, probablemente porque ellos se ven incapaces de llevarlo adelante.
La gente que no sale de su zona de confort, que no explora nuevas metas, te dirá: no salgas, no te arriesgues, te puede salir mal. Ya pero, ¿y si sale bien? Nos pondremos mil escusas con tal de convencernos de no hacer lo que realmente queremos, ese miedo a lo desconocido nos arrastra de nuevo a nuestra zona de confort.
El primer paso es creer en ti mismo y en lo que haces (si tú no lo haces, no esperes que nadie lo haga). Antes de salir al mercado, estudia, fórmate y obtén todas las herramientas necesarias para entrar con garantías. Aquí conviene no obviar la importancia del estudio de mercado, esencial para no “tirarse a la piscina sin flotador”. Una vez tengas las herramientas necesarias, sal de tu zona de confort y muestra al mundo que lo mereces. Muchos te dirán que si sales de ella, no podrás volver, cuando realmente, salir de tu zona de confort no significa perder, sino ampliar la misma.
No hay que tener miedo al fracaso, es normal. El fracaso forma parte esencial de nuestra vida, nos hace aprender y ser mejores cada día. La cuestión está en fracasar pronto para aprender rápido de los errores y poder así ser más competitivo en el futuro. Nadie está exento de la caída del fracaso, la clave está en hacerlo en un momento en que el riesgo sea menor para así evitar la posterior caída, la que de verdad nos hará daño.
Sin embargo, salir de tu zona de confort y hacer es arduo camino solo, puede resultar complicado. Por ello, busca gente con tus mismas inquietudes y afinidades que te acompañen en tu camino hacia el éxito. Como se suele decir: las penas, entre dos, son la mitad de penas. Esas personas necesitan de alguien que también las acompañe, generando sinergias que facilitan el aprendizaje.
No creamos que esto es una apología al éxito en la que todo el mundo logrará su sueño si se trabaja para ello. Hay que reconocer ciertos límites que la vida nos impone como físicos, mentales o monetarios. Entonces te dirán que tienes que ser realista pero, ¿Cuál es el punto para ser realista? Ser realista es el primer paso a la mediocridad, son barreras mentales que nos limitan en todos los demás aspectos de nuestra vida y nos harán creer que lo que nos dicen los demás es cierto. Ese punto es el retorno a nuestra zona de confort y, por consiguiente, a la privación de una manera plena de vivir.
“Tanto si crees que puedes como si no, tienes razón”
Henry Ford
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