Cuando decides emprender y lanzar un nuevo proyecto, es normal sentirse perdido y no saber cuáles deben ser tus prioridades en cada momento. Casi nadie tiene en cuenta las fases de crecimiento de un negocio, y como tenemos una tendencia natural a compararnos con otros emprendedores nos asaltan mil y una dudas.

“¿Qué hago ahora?”

“¿Estoy siguiendo la estrategia correcta?”

“¿Qué paso debería ser el siguiente?”

Si las comparaciones nunca son buenas, en el caso de los negocios, menos aún; porque lo más posible es que estés comparando lentejas con naranjas.

Dime una cosa: si acabas de empezar, ¿crees que tiene sentido compararte con alguien que lleva 10 años con su negocio?

Desde luego que no.

Es como si empiezas a practicar running y el primer día (que a los 15 minutos llevas la lengua fuera) te comparas con Geoffrey Kipkorir Kirui (campeón del mundo de maratón).

Antes de pretender correr a su nivel, necesitas (mucho) entrenamiento. Y algo similar ocurre con los negocios.

Sin embargo, aunque dicho así esto parezca algo evidente, de las fases de crecimiento de un negocio no se suele hablar y es una cuestión que la mayoría de los emprendedores ni siquiera se plantea.

Pero es algo fundamental.

¿Por qué?

Básicamente porque cada etapa requiere prioridades, objetivos y tareas diferentes.

Así que en este artículo te propongo descubrir en qué fase te encuentras tú ahora, para que sepas en qué debes centrarte para subir al siguiente escalón en menos tiempo y con menos estrés.

LAS 5 FASES DE CRECIMIENTO DE UN NEGOCIO QUE DEBES CONOCER PARA TENER ÉXITO COMO EMPRENDEDOR

Ya nos has oído decir en más ocasiones que la productividad no consiste en hacer más en menos tiempo, sino en hacer las tareas adecuadas para conseguir resultados.

Pues bien, para mejorar la productividad, saber cuáles deben ser tus objetivos es básico. Y para ello, antes necesitas definir tus prioridades y, en consecuencia, en qué fase te encuentras.

Fase 1: Idea

En esta fase, el negocio es solo un sueño, una idea.

El miedo, la preocupación y la falta de seguridad en ti mismo suelen ser compañeros de viaje.

Es una etapa de motivación, pero en la que se quedan estancados muchos emprendedores porque apuestan todo su esfuerzo a una idea que no es rentable.

Por eso, en esta etapa, tu prioridad debe ser validar tu idea para asegurarte de que existe una demanda real en el mercado y hay personas dispuestas a pagar por ello.

Y ¿cómo puedes validar la idea con tu público objetivo?

De varias formas.

Además de investigar a la competencia para saber qué les está funcionando mejor, prueba a ofrecer contenido gratuito sobre tu temática (para ver qué respuesta genera y obtener feedback) o haz alguna campaña de pago que te permita testear tu idea en el mercado de forma real.

Ahora, sin duda, la mejor estrategia para validar tu idea es hacer networking, porque las conversaciones directas con otras personas, te darán información muy valiosa que no encontrarás de otra forma.

Así que asiste a eventos, habla con otros emprendedores y comparte con ellos tu idea.

Y no tengas miedo de preguntar si pagarían por lo que ofreces. Seguro que te responderán encantados.

En definitiva, la tarea más importante de la fase de idea es la validación. Ten en cuenta que más del 80% de los negocios quiebran en los primeros 2 años. Y la realidad es que sin una validación, las opciones de éxito son pocas.

Fase 2: Arranque

En esta fase, has validado tu idea, sabes que tiene hueco en el mercado y tu negocio está en funcionamiento.

Has conseguido algunas ventas y trabajar con tus primeros clientes, pero el volumen aún no es suficiente como para decir que tienes un negocio rentable de verdad.

¿Qué tareas son las prioritarias en esta fase?

Fundamentalmente, tres: marketing, ventas y mejora de tu producto. Es decir, crear, vender y aumentar el flujo de clientes.

A no ser que tu producto sea tan bueno que se venda solo, necesitas activarlo en el mercado. Que la gente lo vea, lo pruebe, hable de él, y sobre todo, que lo compre.

Cuando te encuentras en esta fase, si dedicas tiempo a otras tareas secundarias, te desviarás de tu objetivo, te dispersarás con facilidad y tendrás la sensación de invertir demasiado esfuerzo para ver pocos resultados.

Así que para mantenerte centrado no caigas en el perfeccionismo paralizante y aplica la estrategia MVP (Minimum Viable Product o Producto Mínimo Viable).

Lo que te interesa en este punto es saber si tu idea tiene recorrido real o no merece la pena invertir tiempo y esfuerzo en ello.

Y una vez hecho esto, necesitarás darte a conocer y mejorar tu visibilidad. Para ello, establece colaboraciones con otros emprendedores y practica el guest posting en blogs cuyas audiencias están formadas por tu público objetivo.

Fase 3: Consolidación

Cuando tu negocio se consolida, generas ingresos de forma recurrente, pero posiblemente le tengas que dedicar mucho tiempo.

En esta fase, es cuando la mayoría de los emprendedores entran en una rueda de hámster y se sienten esclavos de sus negocios.

Es, por tanto, una etapa peligrosa, porque el ritmo de trabajo es tan alto y la sensación de falta de tiempo llega a ser tan abrumadora que es fácil acabar quemado, desencantarse y llegar a plantearse si todo el esfuerzo realizado hasta el momento merece de verdad la pena.

Para evitarlo, en esta fase tu prioridad debe ser crear sistemas y procesos que te permitan mejorar tu organización y crear hábitos para evitar que acabes quemado.

Este es el momento de invertir en herramientas que te permitan ahorrar tiempo en las tareas que se repiten de forma recurrente y documentar cada área del negocio para cuando formes equipo y quieras delegar.

Por ejemplo, podrías plantearte utilizar aplicaciones que te permitan:

  • Automatizar tus publicaciones en redes sociales.
  • Crear embudos de email marketing para segmentar a tu audiencia y vender de forma automática.
  • Hacer webinars automatizados de venta.

Tu objetivo en esta fase no es de dónde sacar tiempo para trabajar más y más, sino cómo documentar tus procesos y recuperar tiempo para dedicarlo a tareas que de verdad se traduzcan en resultados.

Si no lo haces así, te estancarás en esta etapa y no conseguirás pasar a la siguiente.

Fase 4: Escalada

Esta fase de tu negocio estará marcada por los objetivos que persigas:

  • Aumentar los ingresos.
  • Abrir nuevas líneas de negocio.
  • Tener más tiempo libre.

En esta etapa uno de los principales errores de productividad que cometen los emprendedores es que quieren controlarlo todo. Les cuesta confiar en otras personas y creen que son imprescindibles en cada una de las áreas de su negocio.

Pero no es así.

Para tener más libertad y hacer una mejor gestión del tiempo, en esta fase del negocio es imprescindible contar con otros profesionales y delegar.

Tu prioridad aquí es formar equipo y trabajar con colaboradores.

Por ejemplo, si lo piensas, no es necesario que tú te encargues de la parte administrativa, facturación, creación de contenido o diseño. Si delegas estas áreas en buenos profesionales, tú tendrás tiempo para dedicarlo donde de verdad puedes aportar valor o nadie puede sustituirte (como nosotros en los vídeos).

Fase 5: Liderazgo

Llegamos a la última de las fases de crecimiento de un negocio.

En esta etapa, has llegado a la cima y te has posicionado como líder en el mercado. Ahora tu objetivo será mantenerte en la cresta de la ola.

Esta posición ofrece un sinfín de oportunidades: la gente te conoce, te conviertes en un referente y tienes poder de negociación.

¿Has oído alguna vez la frase “el dinero llama al dinero”? En esta fase cobra todo su sentido, pero también existen errores que pueden hacerte caer.

El engranaje de tu negocio funciona a pleno rendimiento, cada uno de los miembros de tu equipo sabe qué tiene que hacer y cómo, y tú puedes dedicarte a áreas estratégicas.

Pues bien, una de tus tareas será estar atento a las innovaciones y a las tendencias del mercado, porque si te relajas demasiado, puede aparecer una startup y tirarte en un santiamén del pedestal.

Esto es algo que ha pasado muchas veces. Piensa por ejemplo en las empresas de videocámaras de bolsillo. Las que no supieron adaptarse a la llegada de los smartphones, cayeron en picado.

Así que por mucho dinero que mueva tu negocio, presta atención al mercado, vigila y escucha para anticiparte. Y fíjate también en las startups que van surgiendo y el potencial que tienen. Quizá te interese incluso adquirir alguna de ellas.

¿TIENES CLARO EN QUÉ FASE DE NEGOCIO TE ENCUENTRAS?

Si te fijas, las fases del negocio son como un juego de malabares: hay muchas bolas en el aire, pero cuando miras su color, forma y tamaño las puedes clasificar fácilmente.

A modo de resumen:

  • Cuando estás en la fase de idea, necesitas validar tu idea y encontrar las personas que pueden comprarte.
  • Cuando estás en la fase de lanzamiento, necesitas centrarte en tu producto, el marketing y las ventas.
  • Cuando estás en la fase de consolidación, necesitas poner orden en tu centro de operaciones.
  • Cuando estás en la fase de escalada, tienes que dar forma a tu equipo, cultura y liderazgo.
  • Cuando estás en la fase de liderazgo, debes mantener tu lugar en el mercado mediante la adquisición y la innovación.

No es fácil escalar la montaña de las fases de crecimiento de un negocio, pero cuando sabes cuál es tu objetivo y cuáles las prioridades, puedes cargar tu mochila con el material adecuado para conquistar tus cumbres.

Y para ayudarte a definir tus objetivos, establecer prioridades y centrarte en las tareas que se convertirán en resultados y te permitirán trabajar de una forma más eficiente, hemos preparado un training gratuito.

En 4 lecciones descubrirás por qué siempre estás agobiado (y qué hacer para solucionarlo), cómo ponerte objetivos y trazar un plan de acción, en qué pierdes el 80% de tu tiempo y los pilares de un sistema de productividad eficaz.

 


FUENTE: MAS Y MEJOR

VER + EN: https://masymejor.com/fases-de-crecimiento-de-un-negocio/


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