“ECONOMIA SOCIAL Y SOLIDARIA: NUESTRO CAMINO COMÚN HACIA EL TRABAJO DECENTE”  es una publicación del Centro Internacional de Formación de la OIT, en respaldo a la segunda edición de la Academia sobre Economía Social y Solidaria, del 24 al 28 de octubre de 2011, Montreal, Canadá

Después de la crisis financiera en 2007-2008, algunas regiones y países, particularmente en Asia y América Latina, fueron testigos de signos alentadores y acelerados de recuperación en la economía real, en términos de empleo y reducción de la pobreza. No obstante, debido a la crisis de la deuda soberana en Europa que comenzó con el episodio griego a mediados de 2010 y la continuada recesión de balance en los Estados Unidos, el mundo ha entrado en una nueva fase de crisis financiera, económica y social internacional. En un contexto de grandes desequilibrios sociales y económicos y una inestabilidad cada vez más creciente, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), con el apoyo de muchos otros interlocutores, defiende una globalización más equitativa y justa, con el trabajo decente en el centro de la política pública.

La Declaración de la OIT sobre justicia social para una globalización equitativa, adoptada por la Conferencia Internacional del Trabajo en junio de 2008, ya reconocía que “las empresas productivas, rentables y sostenibles, junto con una economía social sólida y un sector público viable, son fundamentales para un desarrollo económico y oportunidades de empleo sostenibles”. En realidad, la economía social y solidaria desempeña un papel significativo y creciente en la economía real mediante la provisión de empleo, protección social y otros beneficios sociales y económicos. Del mismo modo, el Pacto Mundial para el Empleo (2009) reconoció que “las cooperativas, desde las muy pequeñas a las grandes multinacionales, proporcionan empleos en nuestras comunidades”.

Debido a sus características distintivas y ventajas comparativas, incluyendo la gobernanza democrática y la gestión autónoma, las empresas y organizaciones de economía social y solidaria son alentadas por un creciente número de Estados. Se están creando los marcos de política para el desarrollo de la economía social y solidaria a escalas nacional y regional en todo el mundo. Se basa en asociaciones entre los gobiernos, los interlocutores sociales y la sociedad civil. También está ocurriendo en países de América Latina. Por ejemplo, se están produciendo reformas de política y legales en Bolivia, Ecuador y Perú para reconocer el papel que desempeñan las cooperativas y otras organizaciones de economía social y solidaria en la reducción de la pobreza y la promoción de la inclusión social.

Actualmente, la economía social y solidaria es una realidad en la vida de muchas personas, porque promueve valores y principios que se centran en las necesidades de las personas y en sus comunidades. En un espíritu de participación voluntaria, autoayuda y autonomía, y a través de empresas y organizaciones, busca equilibrar el éxito económico con la equidad y la justicia social, del nivel local al nivel mundial. En el Canadá, donde tiene lugar esta segunda Academia, más del 30 por ciento de la población son miembros de cooperativas. En el Brasil, las cooperativas producen el 75 por ciento del trigo y el 40 por ciento de la leche, y las exportaciones cooperativas superaron los 1 300 millones de dólares.

Promover la economía social significa contribuir a cada dimensión del Programa de Trabajo Decente. Las empresas y organizaciones en la economía social y solidaria crean y mantienen empleos y medios de vida, amplían la protección social, fortalecen y amplían el diálogo social a todos los trabajadores y promueven la aplicación y cumplimiento de normas para todos. En estos tiempos de crisis e inestabilidad, la promoción de la economía social y solidaria, dentro del marco del Programa de Trabajo Decente, es una forma eficaz de promover la justicia social y la inclusión social en todas las regiones.

La OIT ha sido una pionera en la promoción de la economía social y solidaria. En 1920, el Director General de la OIT, Albert Thomas, creó el servicio de cooperativas de la OIT. En la década de 1980, la OIT desarrolló el concepto de ‘finanza social’, y a finales de la década de 1990 se había convertido en una pionera en apoyar el desarrollo de las sociedades mutuales para ampliar la protección social. En 2001, la CIT adoptó un “Nuevo Consenso” sobre seguridad social que dio la máxima prioridad a la ampliación de la cobertura para quienes tenían ninguna, haciendo que la OIT incrementara aún más su apoyo a los esquemas comunitarios de protección y las sociedades mutuales. En 2002, después de la adopción de la recomendación 193 sobre la promoción de las cooperativas, el Director General de la OIT, Juan Somavia, afirmó que las cooperativas eran “uno de los instrumentos más poderosos en el proceso de crear empleos decentes”. Más recientemente, la OIT comenzó a promover las ‘empresas sociales’ y el ‘emprendimiento social’ y, en 2009, la OIT lanzó el Plan de Acción para la promoción de las empresas y organizaciones de economía social como resultado de una Conferencia Internacional celebrada en Johannesburgo. La Organización de Naciones Unidas ha designado el 2012 como el Año Internacional de las Cooperativas.

Actualmente, el concepto de economía social y solidaria figura en un gran número de acciones de la OIT, como los programas que demandan gran cantidad de mano de obra, promoción del ecoturismo y el comercio justo, apoyo a los pueblos indígenas, proyectos de desarrollo económico local, iniciativas comunitarias sobre VIH/SIDA, “empleos verdes”, empresas sostenibles y el “piso de protección social”. La OIT ha desarrollado gran experiencia en la economía social y solidaria, junto con un amplio conjunto de estrategias y herramientas para servir a las personas en su búsqueda de la justicia social a través del trabajo decente. En África, la OIT gestiona directamente proyectos para promover las cooperativas, sociedades mutuales y empresas sociales.

En América Latina, la OIT apoya la investigación, la reforma de políticas y la creación de capacidades con respecto a la economía social y solidaria. En la Conferencia Internacional del Trabajo en 2010, los mandantes enfatizaron la necesidad de fortalecer el trabajo de la Oficina con relación a la economía social y solidaria como un área importante de creación de trabajo decente. Con el apoyo de la Oficina Regional de la OIT para África, la Oficina Regional de la OIT para América Latina y el Caribe y el Centro Internacional de Formación de la OIT, se decidió celebrar esta segunda Academia Interregional en Quebec para fortalecer la capacidad de los mandantes de la OIT y otros interlocutores de la economía social y solidaria.

Este Documento de Trabajo servirá de base para la segunda Academia, la cual brindará una gran oportunidad para que los hacedores de políticas promuevan la economia social y solidaria, los trabajadores mantengan y mejoren su bienestar económico y social, y las empresas desarrollen su competitividad en un entorno más justo. La Academia, que reunirá a participantes de todo el mundo, contribuirá al trabajo de la OIT con relación a la economía social y solidaria para promover el trabajo decente para todos.

Prefacio de la publicación realizado por:

  • Sra. Patricia O’DONOVAN. Directora Centro Internacional de Formación de la OIT
  • Sr. Charles Dan. Director Regional de la OIT para África
  • Sra. Elizabeth TINOCO ACEVEDO. Directora Regional de la OIT para América Latina y el Caribe
  • Sr. Assane DIOP. Director Ejecutivo Sector de Protección Social (ED/PROTECT) OIT
  • Sr. José Manuel SALAZAR-XIRINACHS. Director Ejecutivo Sector de Empleo (ED/EMP) OIT

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FUENTE: TYS

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