«Buscar trabajo en internet es frustrante. Sólo hay ofertas de mierda, en las buenas nadie te llama y al final acabas más deprimido». Lo dice Javier, un parado de 34 años con cualificación universitaria que lleva cinco años en paro, pero frases muy parecidas pueden escucharse a diario en cualquier conversación que gire en torno a la búsqueda de empleo en internet.
Basta con hacer una sencilla prueba en Google: si escribimos «¿sirve [cualquier portal de empleo generalista] para encontrar trabajo?» nos encontraremos con decenas de foros y artículos en los que multitud de personas parecen cuestionar la verdadera utilidad de las páginas web actualmente diseñadas para buscar empleo en nuestro país.
Y claro, es evidente que no todo es tan fácil como entrar en una de estas webs, hacer una búsqueda de cinco minutos y encontrar tu trabajo ideal, pero, ¿qué parte de razón hay en ese discurso que desacredita a dichos portales? ¿Son sitios verdaderamente útiles para la persona en paro que busca trabajo?
El 80% de las ofertas están ocultas
Al analizar el sistema en el que se enmarca nuestro mercado laboral, la primera bofetada es demasiado dolorosa. Y es que, según un estudio de Adecco, el 80% de las ofertas de empleo que se generan en España están ocultas. ¿Qué quiere decir esto? Que dichas ofertas no salen a la luz en ningún portal ni muro visible de empleo, sino que permanecen en una especie de mercado oculto y son cubiertas por las empresas de manera interna: recurriendo a su red de contactos, tirando de las recomendaciones de sus propios empleados, fichando a trabajadores de otras empresas (con lo que las cifras del paro no tienen por qué reducirse), etc.
Si a esto le sumamos que sólo 1 de cada 5 personas gestiona bien dicho mercado oculto, según el mismo estudio, nos encontramos con un panorama desolador: un número demasiado reducido de personas optando realmente a luchar por un número de ofertas cada vez menor y de una calidad que seguramente diste mucho de ser la ideal.
Y es que, en este tipo de ambientes, hay algo que pesa mucho más que un CV impecable o unas aptitudes aparentemente ideales: las relaciones personales. Y esto puede ser relacionado con la tradicional visión del enchufismo, aunque no tiene por qué ser así. En realidad, cuando una empresa tiene que cubrir una vacante, el hecho de conocer previamente al candidato supone un valor añadido.
Y algo de sentido tiene. Sobre todo si hablamos de empresas medianamente pequeñas, para las que un nuevo empleado supone una importante inversión, ya que en este tipo de casos la empresa apenas tiene margen de error (tanto económico como laboral) y el reclutador acaba prefiriendo al candidato conocido frente a una persona desconocida que, aunque pueda tener un CV ligeramente mejor, no haya podido demostrar previamente sus habilidades sociales (trabajo en equipo, coordinación, capacidad de gestión, etc.). Es decir, que la empresa prefiere lo malo conocido a lo bueno por conocer.
¿Qué ofertas encontramos en los portales generalistas?
Cuando nos ponemos a analizar los portales de empleo generalistas más conocidos, de entrada hay una verdad que parece innegable y que casi cualquier ciudadano podría suscribir: «En los portales de empleo hay suficientes ofertas como para dar trabajo a toda la España desempleada en poco más de un mes». Entonces, ¿cómo puede España seguir teniendo más de 5 millones de parados?
La razón, aunque dolorosa, parece obvia: en el peor de los casos, una parte de las ofertas (ni mucho menos mayoritaria, pero sí significativa) son falsas; en el mejor, se trata de empleos de bajísima calidad. Basta con darse una vuelta por cualquiera de estos buscadores para contemplar el desolador paraje: sueldos insultantemente bajos, requisitos de CV imposibles de alcanzar (al menos a cambio del sueldo publicado), ofertas por objetivos en las que ni siquiera hay sueldo, etc. De hecho, los tres perfiles más demandados en Infojobs en 2014, por poner un ejemplo, son los de comercial, teleoperador y promotor.
Y si todo lo anterior no fuera suficiente, el culmen de la desesperación para el parado llega al final del texto: pese a la miserable oferta económica y a las condiciones leoninas, resulta que hay más de 300 personas que ya se han apuntado a dicha oferta. Algunos estarán menos cualificados que tú, sin duda, y se habrán apuntado por si suena la flauta, pero también parece probable que otros candidatos te superen en casi todo.
Al final, el resultado es el esperable: decepción, frustración, desesperación e incluso depresión. Porque si estar en paro ya es de por sí doloroso, enfrentarse a semejante yermo de ofertas laborales puede acabar siendo desesperante. Y los aparentes ratios de éxito de estos portales son escasos y no todo lo detallados que cabría esperar: Infojobs asegura que en su web se cerraron 712.533 contratos en 2014, pero no especifica la tipología media de dichos contratos. El resto de plataformas, hasta donde sabemos, ni siquiera hace públicos sus datos de contratos.
¿Por qué los portales no ‘depuran’ estas ofertas?
Hay una situación que de manera medianamente frecuente suele repetirse en redes sociales: usuarios denunciando ofertas laborales encontradas dentro de portales generalistas de empleo y que, como poco, rozan la ilegalidad por sus condiciones. Y la pregunta suele repetirse: ¿por qué los portales de empleo no eliminan este tipo de ofertas?
La pregunta tiene dos respuestas: la oficial y la oficiosa. La oficial, habitualmente ofrecida por los propios portales, es que habitualmente gestionan un volumen tan alto de ofertas que gestionarlas una a una, depurarlas y eliminar las que rocen el fraude acaba resultando una labor prácticamente imposible de llevar a cabo.
Y seguramente no les falte razón al argumentar eso, aunque su respuesta oficial a menuda acaba confrontando con la oficiosa, que parte de un hecho que el usuario medio no suele conocer: para los portales de empleo, los ‘clientes’ no son los parados, sino las empresas. Es decir, quien va a suministrar los ingresos de un portal no es el empleado que visita la web en busca de trabajo, sino las compañías a las que se cobra una cantidad por cada oferta publicada. Así, la ecuación parece bastante sencilla: cuantas más ofertas haya, mayores ingresos tendrá el portal.
Al final, los portales generalistas no acaban pareciendo el mejor sitio donde encontrar un empleo de calidad, precisamente. Porque, además, el reparto de las ofertas entre el mercado oculto y el público no es casual ni aleatorio, ya que las vacantes de mayor cualificación suelen ser precisamente las que menos salen a la luz, debido a la avalancha de CV’s que recibirían las empresas. Así pues, el mercado visible acaba poblado de una selección de ofertas que no sólo es reducida, sino también de un perfil medio-bajo.
¿Dónde están las buenas ofertas?
Ante este panorama, quizá cabe hacerse una pregunta: ¿de verdad están todas las buenas ofertas dentro de ese desconocido mercado oculto? ¿No hay portales cuya mayoría de ofertas de empleo sean de buena calidad y perfil alto? En realidad sí los hay, y seguramente el mejor ejemplo sea Linkedin. Y es que este portal encontró en su momento el camino idóneo para ofrecer buenas ofertas. Porque, antes que un portal de empleo al uso, Linkedin construyó una red social para que profesionales de todos los ámbitos (especialmente el digital) no sólo se conozcan, sino que también construyan relaciones profesionales e incluso, quién sabe, lleguen a hacer negocios o trabajar juntos.
Así, en Linkedin quizá se pueda encontrar ofertas de baja cualificación, pero las más frecuentes son las que implican un alto grado de habilidades y, por tanto, un buen puesto y (previsiblemente) un mejor salario. De hecho, a finales de 2014 la propia compañía hizo una lista con las 25 habilidades más valoradas en sus ofertas de trabajo y el panorama estaba claro: tecnologías de la información, redes sociales o desarrollo móvil ofrecieron las mejores oportunidades laborales tanto en 2014 como en 2013.
El problema: trabajadores ‘de cuello blanco’
Sin embargo, la relación de los usuarios con Linkedin parece bipolar: algunos dicen que Linkedin es muy útil para encontrar empleo, mientras que otros muchos aseguran que nunca les ha servido absolutamente para nada. ¿A qué puede deberse esta extrema dualidad? La respuesta consta de dos palabras un tanto extrañas: se trata de ‘cuello blanco’, una expresión que en su momento se usó para diferenciar a los trabajadores que hacen labores en una oficina (cuello blanco) frente a los profesionales que trabajan con sus propias manos (cuello azul). A día de hoy, la comparación puede llevarse más allá para referirse, en realidad, a la diferencia de cualificación entre un tipo de trabajadores y otro.
En otras palabras: quizá el problema de Linkedin es que, mientras parece ser un escenario perfecto para que perfiles cualificados y digitales establezcan relaciones e incluso encuentren trabajo, el sistema no parece ser demasiado válido para personas en paro de largo duración, sin una amplia red de contactos profesionales o con una cualificación por debajo de la de los ‘trabajadores de cuello blanco’.
Así se están reinventando los nuevos portales
En cualquier caso, y pese a la multitud de portales de empleo existentes, continuamente siguen naciendo nuevas plataformas dedicadas a este nicho. Pero, teniendo en cuenta la superpoblación de webs, ¿tiene sentido lanzar nuevos portales? Parece que sí, siempre que las nuevas iniciativas ofrezcan una metodología distinta o aporten un valor añadido.
Es el caso, por ejemplo, de Jobandtalent, una startup española creada por varios de los fundadores de Tuenti (entre sus cofundadores se encuentra Adeyemi Ajao) que parte de un proceso inverso a la hora de ayudar a los parados a encontrar trabajo. Según ha asegurado siempre la propia compañía, su portal no se centra tanto en ofrecer un infinito número de ofertas cuanto en analizar los CV’s de los usuarios y, mediante los algoritmos de su software, encontrarles las ofertas que mejor se adapten a su perfil.
Por el momento el éxito de su plataforma no ha sido analizado de manera externa, pero su modelo podría verse a medio camino entre el portal generalista y el de ‘cuello blanco’. Generalista, porque dispone de ofertas adaptadas a casi todo tipo de cualificación, ya sea alta o baja; de ‘cuello blanco’, porque uno de los atractivos a los que ha recurrido Jobandtalent reside en presentar en su página principal tanto las categorías profesionales más demandadas (las de nivel alto) como varias de las grandes empresas que están usando su plataforma para contratar nuevos empleados.
El boom del momento: portales para freelancers
Pero si hay un nicho con un creciente número de ofertas de empleo, ese es el de los freelancers, un sector que parece anticipar lo que será nuestro futuro laboral. Una tendencia que viene a adecuarse a dos realidades cada vez más presentes en nuestro mercado de empleo: por un lado, la de los trabajadores que, de manera voluntaria o forzosa, apuestan por construir su futuro laboral a partir de trabajar para varias empresas (que pasan a convertirse en clientes); por otro lado, la de las empresas que deciden no arriesgarse con contratos indefinidos o que necesitan personal sólo para proyectos concretos.
Y es que, según los datos que maneja Adecco, en 2014 hubo en España un total de 56.269 ofertas de empleo dirigidas a trabajadores autónomos, lo que supone un aumento del 4,38% respecto a las estadísticas de 2013. Además, Infojobs asegura que ese mismo año su portal albergó cerca de 60.000 ofertas de empleo para freelancers, lo que conforma un 13% dentro de todo su catálogo de ofertas. De hecho, desde que comenzó la crisis en 2008, las empresas han multiplicado por 12 sus vacantes para este tipo de trabajadores.
Y en este sentido, los portales para freelancers surgen a borbotones:Infojobs Freelance, Freelancer, Nubelo , Fiverr, Twago, Project Linkr … el abanico es amplísimo y nunca para de abrirse.
El problema: precariedad y dinero negro
Sin embargo, el especial auge de estas ofertas de empleo tiene su particular cara negativa: la precariedad y la economía sumergida. Y es que en este sector dependerá de cada caso, pero no es ningún secreto que un porcentaje (no mayoritario pero sí significativo) de estas ofertas implica una rebaja de condiciones y derechos laborales hasta tal punto que roza la precariedad.
Además, dependiendo de la oferta en cuestión, podemos encontrarnos con encargos de pequeños trabajos que, por lo reducido de su volumen, llevan consigo un sueldo que provoca que empresa y empleado acuerden realizar dicho trabajo de manera sumergida, con dinero negro y sin cotizar por dicha tarea.
Porque si un trabajador consigue un encargo de 1.000 euros es probable que decida darse de alta y facturarlo conforme a la ley; sin embargo, si el montante oscila entre los 50 y los 200 euros, por ejemplo, es evidente que tanto la empresa como el trabajador en cuestión se preguntarán si una oferta de ese tipo merece pasar por las arcas del Estado.
La última tendencia: webs de ‘chapuzas’
En este sentido, la última tendencia en todo el mundo (y con un auge indudable en países con tanto paro como España) son las llamadas webs ‘de chapuzas’ o de minitrabajos, esas webs que no contienen ofertas insertadas por empresas, sino por personas particulares que necesitan que alguien les saque a pasear al perro, les pinte una habitación, les haga la compra, les limpie la casa, etc.
Aquí el indudable rey mundial es Etece, pero el panorama en nuestro país va agregando cada vez más alternativas: Domesting, pet&net ofamiliafácil, entre otros.
El auge de los portales temáticos
Otra de las últimas tendencias de los portales de empleo es buscar algún tipo de especialización. Porque si los portales generalistas a veces pueden ser una marabunta de ofertas corriendo de un lado para otro como pollo sin cabeza, ¿por qué no apostar por aglutinarlas en torno a sectores?
Así, en España podemos encontrar portales de empleo destinados a multitud de sectores concretos: hay portales para buscar trabajo en startups tecnológicas (Startup Jobs, Job Fluent, Todo Startups…), para programadores y diseñadores, para el sector turístico Empleotur,Turiempleo, Turijobs…), para trabajar en ONG’s, para discapacitados, para arquitectos (Colegio de Arquitectos, Architecture Room, Empleo Arquitectos, para estudiantes (Student Job, Empleo Jóvenes, Primer Empleo), para mayores de 45 años, para mujeres, etc.
Al final, pese al cerrado abanico, la ventaja de este tipo de portales es doble: por un lado, ofrece a los usuarios un mejor filtrado de oferta y una aparente mayor calidad de las mismas; por otro lado, garantiza a las empresas que un alto porcentaje de sus candidatos tendrán un perfil mucho más cercano a lo que buscan.
Servicios premium: ¿’prostitución’ del mercado?
- Uno de los mayores problemas de los portales de empleo generalistas es el inmenso número de candidatos que se apuntan a una oferta. Y es entonces cuando el pesimismo se apodera del usuario: «¿Por qué me iban a llamar a mí entre más de 300 candidatos?». Es en este contexto en el que varios portales han venido incluyendo una serie de opciones que en los últimos años han causado bastante polémica. Se trata de los servicios premium o, lo que es lo mismo, cobrar al usuario por ‘mejorar su empleabilidad’.Mediante el pago de una cantidad, el usuario puede mejorar la posición de su candidatura dentro de la marabunta o saber quién ha consultado su CV. Y es evidente que cada plataforma es muy libre de cobrar a los usuarios que quieran mejorar sus posibilidades dentro de la web, pero la pregunta queda en el aire: ¿contribuyen estos servicios de pago a ‘prostituir’ el mercado laboral? ¿Nos encaminaremos a un modelo en el que para conseguir empleo no sólo vale tu CV, sino también pagar por aparecer destacado? El debate no sólo está entre los candidatos, sino también entre los propios portales. En su momento, plataformas como Infojobs o Infoempleo ofrecieron esta modalidad de pago, aunque acabaron eliminándola. Linkedin, por su parte, ofrece varios grados de servicios premium que sí ofrecen al usuario posición destacada.
fuente: http://www.elmundo.es/tecnologia/2015/08/08/55c5d2d746163f4a138b456e.html
Unos artículos bastante realistas, estos portales no te indican poco más que «descartado»… «Cambiada la oferta», incluso puedes estar siguiendo en el proceso de selección durante año y medio.
Gracias Ana por pasarte por esta página y comentar.
En mi opinión los portales son un instrumento más de búsqueda, pero hay otras alternativas más efectivas y realistas que en sí las ofertas. Te invito a darte una vuelta por algunos recursos de mi página como los siguientes para tu búsqueda de empleo:
Marca profesional, redes sociales, autocandidatura, networking, y una buena búsqueda por internet.
De todos modos todos los recursos de orientación profesional para la búsqueda de empleo los tienes en la la categoria de ORIENTACIÓN LABORAL
Suerte!!!!
JOSE CARLOS