En este blog hemos dado un punto de vista de las tribulaciones de un «reclutador» en un departamento cualquiera de recursos humanos, preparando un proceso de selección. Ahora ponemos en la cabeza del lector el otro lado de la cama.
¿Cuál puede ser la visión del que busca trabajo?
- FASE 1: Después del “merecido descanso” nos lanzamos al mundo de las ofertas, literalmente a saco (estamos inquietos), nos registramos en un conocido portal de empleo. Vemos una oferta maravillosa, escrita para nosotros. Cuando la redactaban tenían nuestro CV delante. Unas horas después consultamos la oferta y tenemos 378 candidatos competidores. Increíble. Sorprendente. Pero no pasa nada, yo soy su candidato.FASE 0: Después de perder el empleo, el afectado decide tomarse unas semanas de descanso: ¡Me lo merezco! Es como la venganza, el mundo ha sido injusto conmigo. Ya me preocupare de buscar trabajo dentro de un tiempo, ahora hay cosas más importantes. No se es consciente de la situación, o no se quiere ser consciente.
- FASE 2: Nada de nada, después de apuntarnos a 127 ofertas de empleo en las 3 primeras semanas, nadie nos llama. Empezamos a desanimarnos, nos hundimos, estamos cansados, sabemos que será muy difícil que encontremos allí lo que buscamos. En realidad lo único que queremos es una entrevista, porque si ocurre… “Si me dan una entrevista, será difícil que no me contraten”.
- FASE 3: Asumimos nuestro nuevo estado: Estamos sin trabajo, en el paro. Nuestro trabajo es buscar trabajo. Pasamos a comentarlo con los conocidos, amigos y personas de otras empresas que podrían contratarnos. Buenas noticias. Es posible: “Yo conozco al amigo de un amigo, que es posible que”.
- FASE 4: El tiempo pasa. Aparece la resignación colectiva. Este momento ocurre tomando un café con un colega en la misma situación. Son las 12:45 p.m. de un día cualquiera. Es que somos casi 6 millones de parados.
- FASE 5: Alguien nos dice que tenemos que ser diferentes. Genial. Nos hablan de las redes sociales. De hacer “networking”. Incluso de ser emprendedores. Algo muy interesante: “Los tiempos difíciles son momentos de oportunidades”. Nos apuntamos a LinkedIn y nos convertimos en expertos del “contacto”. Pedimos amistad a todo el que se mueve. Los que reciben el mensaje, lo traducen por: “Otro desesperado”.
- FASE 6: Después de unos meses, nos llaman para una entrevista. La oportunidad no sabemos ni de donde ha venido. No es lo que soñábamos, pero es algo. Nuestras pretensiones profesionales han ido bajando de forma proporcional al tiempo transcurrido. Nos enfrentamos a una entrevista donde nuestras armas están entregadas. Estamos vencidos, solo deseamos ser contratados. No eres diferente. Eres uno más en busca de trabajo. Pasan unas semanas… no nos llaman ni para decirnos que estamos descartados.
¿Qué hemos hecho mal?
CONCLUSIÓN: Analiza desde el principio tu situación personal y profesional. Decide que quieres hacer y enfréntate al mercado de trabajo con todas tus fuerzas. Apóyate en tus fortalezas, minimiza tus debilidades. No caigas en el conformismo. No bajes tus expectativas profesionales. Usa las redes sociales, si, pero no creas que son la solución, solo son una herramienta, que bien usada te dará oportunidades y te ayudará en el proceso de diferenciarte del resto de candidatos. Proyecta tus objetivos hacia el futuro, no te conformes con adaptar un currículum que solo habla de tu pasado.
Pero hay algo muy importante, no creas que estar sin trabajo es algo pasajero que se solucionara. Cuanto antes consideres esta situación como un objetivo, más oportunidades de superarlo tendrás. Mueve el culo, porque nadie lo hará por ti.
FUENTE: http://www.ximosalas.com/