La transformación digital, entendida como el cambio asociado con la aplicación de tecnologías digitales en todos los aspectos de la sociedad humana, es ya una realidad en las grandes empresas.

Pero las pymes tampoco se pueden quedar atrás en esta carrera y cada vez están apostando más por digitalizar sus negocios. El aprovechamiento de las nuevas tecnologías supone, sin duda, una mejora y una agilización del funcionamiento de una organización.

Los beneficios de la transformación digital son innumerables: aumento de la productividad, reducción de costes, mayor satisfacción de los clientes, mejora en la toma de decisiones, descentralización del trabajo…

 

Cambio de cultura

Es por ello que la transformación digital debe suponer un cambio por completo en la cultura de la empresa, no basta con que sea una pose de cara al exterior, sino que debe implicar la adopción de una nueva mentalidad en todas las esferas de la compañía.

Y en este contexto, la digitalización del departamento de Recursos Humanos es fundamental para llegar a todas las esferas de una pyme.

Para trazar un plan adecuado y efectivo, hay que seguir una serie de pasos, según explican los expertos de Bizneo, en un estudio recogido por Equipos & Talento.

 

 

1. Identificar prioridades

En primer lugar, los responsables de la pyme deben centrarse en la definición de las necesidades y prioridades de la empresa. Hay que tener en cuenta que la transformación digital no es un fin en sí mismo, si no un canal para alcanzar otras metas y resolver problemas o disfuncionalidades que se han detectado en el modelo de negocio. La empresa debe identificar claramente cuáles son los objetivos empresariales de la digitalización y establecer sus metas.

En este momento, el departamento de Recursos Humanos juega aquí un papel fundamental. Tiene la tarea de identificar las carencias digitales en la plantilla y reducir esa brecha de habilidades con formación o con talento externo. En el caso de la selección, esta información servirá para desarrollar procesos de reclutamiento y selección por competencias más precisos.

2. Organización adecuada de tareas y empleados

Que una empresa no tenga una gran estructura operativa no significa que esté libre de problemas en la planificación y organización de las tareas y las funciones de los empleados. El riesgo de duplicidades o la dificultad para coordinarse también afectan a las pymes.

Por esta razón, se hace necesario centralizar todos los aspectos organizativos, incluida la asignación de tareas, el calendario de cada trabajador o las responsabilidades de cada departamento. Así, cualquier miembro de la empresa puede comprobar rápidamente qué tareas tiene pendientes y cómo avanzan las que se han asignado a otros compañeros.

 

3.  Equilibrio entre tecnología y capital humano

Uno de los errores más comunes a la hora de poner en marcha un proceso de digitalización empresarial es poner toda la atención en las tecnologías que se van a implementar en los diferentes departamentos. Por supuesto, conviene elegir los recursos tecnológicos más apropiados para cada parcela de la actividad de la empresa.

 

4. Involucrar a toda la empresa y crear una nueva cultura corporativa

En línea con el requisito previo de centralizar al máximo la gestión de los RRHH, el proceso de transformación digital debe involucrar a toda la empresa desde el primer minuto. Es posible que existan ciertas áreas estratégicas a las que se preste una mayor atención en los primeros compases de esta transición.

Esto no puede implicar una digitalización por departamentos o a dos velocidades, dado que no tardarían en aparecer disfunciones y la empresa perdería competitividad. También conviene transmitir el mensaje de que la digitalización del negocio no es un mero cambio metodológico o una apuesta temporal. Los cambios introducidos afectan a todas las áreas de la actividad empresarial y los nuevos sistemas de trabajo han llegado para quedarse.

Digitalización en pandemia

Sin duda alguna, en plena pandemia, las empresas que estaban digitalizadas han tenido la capacidad de capear el temporal en mejores condiciones. Los confinamientos derivados de la COVID-19 han hecho mucho daño a todos los sectores, pero especialmente a los comercios tradicionales que seguían trabajando a la vieja usanza.

“Pasados los primeros meses empezamos a tener una mayor capacidad de análisis para entender la reacción de las pymes en las semanas álgidas de la pandemia. Por un lado, aquellas que disponían de un mayor grado de automatización y una cultura más orientada hacia lo digital y la cultura agile, fueron capaces de reaccionar más rápidamente. Mientras que, aquellas otras, que solo implementaron la tecnología sin impulsar cambios de mentalidad más profundos, tardaron más en reaccionar y adaptarse”, asegura la CEO de Datisa, Isabel Pomar.

Es por ello que considera necesario adoptar este cambio de mentalidad, que suponga una profunda transformación transversal de toda la organizacíón para poder afrontar con mayores garantías cualquier imprevisto. «Después de haber visto cómo los escenarios pueden cambiar de un día para otro, es más importante que nunca dotar a las pymes de las soluciones tecnológicas adecuadas para implementar una gestión más flexible, dinámica y eficiente. Pero, resulta mucho más estratégico aún, dotar a las personas de los conocimientos y habilidades necesarias no solo para manejar con soltura la tecnología, sino para comprender de qué manera permite agilizar los procesos, optimizar las tareas y garantizar el funcionamiento de la compañía, incluso en las situaciones más adversas”.

 

 


 

FUENTE Y AGRADECIMIENTOS A:       a través de @muypymes

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