Empresas, trabajadores, sindicatos, políticos y sociedad se enfrentan a retos culturales, legales y técnicos para garantizar un equilibrio entre flexibilidad y seguridad, según el estudio El mercado laboral digital a debate. Plataformas, trabajadores, derechos y WorkerTech, elaborado por la red internacional Ouishare
El futuro del trabajo ya está presente. En España, el 43 % de las personas trabajadoras mantiene algún tipo de relación laboral diferente al contrato a tiempo completo y duración indefinida y, aunque sólo el 11,6 % de la población adulta ha obtenido ingresos por trabajar en plataformas digitales, los expertos aseguran que estos porcentajes pueden crecer muy rápido en los próximos años. Son sólo un par de datos que aparecen en el informe El mercado laboral digital a debate. Plataformas, trabajadores, derechos y WorkerTech, elaborado por la red internacional Ouishare con el apoyo de la plataforma de freelance Malt.

La investigación, que se presentó recientemente a raíz de un evento realizado en Barcelona la semana pasada bajo el título Reshaping work, explora el nuevo entorno laboral generado tras la irrupción de la digitalización, analiza la protección de las personas trabajadoras en dicho escenario y pronostica algunas tendencias de futuro.

Una de las primeras cosas que las personas pueden hacer es «tomar conciencia de que [el cambio tecnológico] está sucediendo, aunque todo parezca que sigue igual. Se trata de tomar el fenómeno en nuestras manos y aquí la movilización es importante», ha explicado Luz Rodríguez, doctora y docente especializada en Derecho del Trabajo en la Universidad de Castilla-La Mancha y ponente en el Reshaping work.

En el mismo sentido se expresan los autores del informe, quienes insisten en diversas ocasiones en que «la tecnología en general y las plataformas digitales en concreto no son dioses binarios que ejercen un poder absoluto sobre nosotros». Por el contrario, y citando a Tim O’Reilly en la obra What’s the future and why it’s up to us, concluyen: «El curso de las cosas no es inevitable, nosotros damos forma al futuro. Hemos construido estas nuevas herramientas y es nuestra responsabilidad y nuestro deber usarlas correctamente».

En realidad, se trata de un proceso de corresponsabilidad, ya que diferentes personas e instituciones deben hacer frente a las oportunidades y riesgos que entraña la tecnología digital. A continuación, se exponen algunos de ellos.

Retos de la tecnología en el trabajo según los agentes que intervienen

La irrupción de la tecnología en el mundo del trabajo presenta diferentes desafíos, que varían en función de los agentes que intervienen en el mercado laboral.

1. Empresas: integrar sistemas de talento flexible y gestión de perfiles freelance

Las plataformas digitales están desafiando el modo en que hasta ahora se relacionaban las empresas, por lo que estas deben abrirse a las nuevas realidades tecnológicas e «integrar sistemas de talento flexible y gestión de perfiles freelance para ser competitivas en el mercado», según el estudio. Por tanto, las organizaciones se asemejarán más bien a un director de orquesta, que adquiere los recursos y el talento que necesita en el momento y lugar que los necesita, todo ello optimizado mediante inteligencia artificial.
El cambio en algunos sectores puede ser tan relevante que los mandos intermedios podrían ser sustituidos por algoritmos, que asignarían tareas en función de la reputación y los logros alcanzados en el pasado por los  trabajadores y las trabajadoras de la plataforma.

2. Personas trabajadoras: aprender a ofrecer talento sin perder derechos

Las nuevas plataformas digitales ofrecen puestos de trabajo que permiten una gran autonomía y flexibilidad, por lo que las personas tienen que aprender a ofrecer su talento a través de ellas. Ahora bien, estas ventajas no pueden suponer una reducción de los derechos individuales y colectivos.

Los autores del informe destacan la importancia de la formación continua para mejorar las competencias técnicas y las transversales, especialmente las que tienen que ver con las relaciones humanas como el trabajo en equipo o la curiosidad.

Los autores citan el caso de Mon Compte Activité en Francia, una plataforma que facilita lo que denomina el acceso al derecho a la formación.

3. Sindicatos: redefinir su función y sus servicios

El nuevo entorno laboral, con trabajadores más independientes y centros de trabajo menos centralizados, requiere una adaptación de las organizaciones que representan a las personas trabajadoras, así como una redefinición de sus servicios. Según Luz Rodríguez, «no estamos tanto ante una crisis del sindicalismo, sino de un particular modo de hacer sindicalismo; las jerarquías sindicales deben dejar paso a las redes de trabajadores y ha de encaminarse hacia el ‘sindicato virtual».

En este sentido, el sindicato Comisiones Obreras, el Instituto Sindical Europeo (ETUI) y la Fundación Éticas iniciaron una primera toma de contacto en febrero de 2019 para abordar los retos de los sindicatos ante los desafíos tecnológicos.

4. Políticos: implantar instrumentos y medidas de innovación regulatoria

El estudio considera imprescindible «superar la limitada actividad legislativa que las administraciones han tenido con este tema hasta el momento». Más todavía, califica de «caos jurídico» la situación existente en España, sobre todo a la hora de regular la situación de los repartidores de Deliveroo y Glovo.

Por ello, sugiere poner en marcha instrumentos y medidas más innovadoras, como posibilitar la existencia de autónomos a tiempo parcial, beneficios sociales asociados a la persona independientemente de la fórmula laboral, modificar las relaciones entre empresas y proveedores para que las primeras puedan formarlos sin entrar siempre en una relación laboral tradicional, etc.

Algunos ejemplos son el sandbox regulatorio, esto es, la creación de un espacio de experimentación para poder escalar políticas públicas; la regulación compartida entre los actores involucrados, con cabida a la autorregulación; o el control y la regulación algorítmica, gracias a la trazabilidad que permiten las plataformas digitales.

5. Sociedad: establecer un nuevo contrato social con flexibilidad y protección para todos

Los autores tienen claro que hemos pasado de la fábrica a la plataforma de trabajo digital y, por tanto, el objetivo es «combinar la flexibilidad y la libertad del trabajo independiente o por cuenta propia con las protecciones y beneficios tradicionalmente asociadas al trabajo asalariado o por cuenta ajena».

El reto es complejo, puesto que requiere de la participación y transparencia de todos los agentes involucrados, pero los autores están convencidos de que somos los seres humanos quienes podemos decidir cómo usar la tecnología, tal y como recuerda la Organización Internacional del Trabajo en su campaña por un trabajo decente para todo el mundo: «El futuro del trabajo no depende de la tecnología; depende de nosotros, de poder consensuar un nuevo contrato social».

¿Sabías que…?

  • WorkerTech es el conjunto de «ofertas de servicios digitales que aprovechan el poder y la comodidad de la tecnología para brindar a los trabajadores independientes y flexibles beneficios personalizados y un mayor acceso a protecciones y derechos».
  • Gig economy. La Staffing Industry Analysts (SIA) define la gig economy como todo tipo de trabajo intermitente (trabajadores independientes, temporales, agencias de trabajo temporal, contratos por proyectos, etc.
  • Sandbox se define como un «espacio de experimentación de ideas, productos, servicios o herramientas en un ambiente controlado que minimiza los riesgos de la prueba», según la Fundación para la innovación Cotec.
  • Trazabilidad. La Real Academia Española lo define como la «posibilidad de identificar el origen y las diferentes etapas de un proceso de producción y distribución de bienes de consumo».

 


Imagen de Gerd Altmann en Pixabay