El entorno VUCA, en el que nos movemos en la actualidad, se caracteriza por la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad. Pero la pandemia por la que atravesamos ha hecho que la situación sea mucho más compleja y nos ha obligado a adaptarnos a esta nueva realidad de una forma acelerada.
Hemos tenido que adoptar nuevas formas de organizar el trabajo, repensar los modelos y aprender a operar en otro esquema de oportunidades. Todo ello en un tiempo récord y en un contexto de incertidumbre, miedos y una crisis sanitaria, económica y social sin precedentes.
Los datos de la última Encuesta de Población Activa ponen en evidencia como los jóvenes y las personas con menos cualificación han sido los sectores más castigados por la crisis. Desde el último trimestre de 2019 se han perdido casi 800.000 empleos. Los datos muestran una destrucción de empleo muy intensa entre los más jóvenes. El número de ocupados de menos de 25 años ha caído un 13%, casi 140.000 trabajadores de menos de 25 años han perdido su empleo.
El turismo, la hostelería, el comercio y el resto de servicios ha acusado gravemente la crisis provocada por la pandemia y esto explica que los trabajadores sin formación sean los que más han sufrido la pérdida de empleo, sea cual sea su edad. El número de ocupados sin estudios (hasta la ESO) ha descendido un 9% durante esta crisis, mientras que el número de ocupados con estudios universitarios ha caído sólo un 1%.
Con el mercado laboral devastado y el futuro para el empleo incierto, los jóvenes más que nunca necesitan ayuda para afrontar su futuro profesional.
Desde una entidad social como Arrabal, que lleva casi 30 años trabajando en la inserción laboral de personas en situación de vulnerabilidad y especialmente de los jóvenes, nos planteamos hacer ajustes en los itinerarios individualizados de inserción, con el objetivo de adaptarnos a las circunstancias actuales y conseguir los mejores resultados.
Retos de la orientación profesional en un contexto de crisis como el actual
El Itinerario de Inserción Sociolaboral es la herramienta metodológica incuestionable para Arrabal, argumentada en nuestra experiencia e historia profesional. Se basa en un enfoque centrado en la persona y la orientación sociolaboral, donde de forma pedagógica la persona construye su propio proceso, siempre acompañado por personal técnico, para incorporar conocimientos, procedimientos, valores, actitudes, aptitudes y habilidades útiles y necesarias para establecer una relación y adaptación al entorno adecuada y exitosa.
El proceso de cambio de las personas se apoya con acciones de acompañamiento por parte del personal técnico y voluntario de la entidad. Las acciones de acompañamiento se articulan atendiendo a dos criterios fundamentales. El primero de ellos es el fomento de la autonomía personal. El trabajo junto con la persona se concibe como limitado y dimensionado en el tiempo, por lo que debe propiciar que la persona pueda abordar las últimas etapas de su proceso de forma independiente. El segundo de los criterios es el ajuste a la persona. El nivel de apoyo requerido y la disposición para recibirlo es diferente para cada persona; adaptar la planificación de actividades a dicho nivel fomenta la personalización de cada proceso de atención.
En estos tiempos se hace necesario que seamos más flexibles y adaptemos mucho las acciones al contexto de crisis y de incertidumbre y a los cambios en el contexto laboral.
Acciones y estrategias clave para orientar a las personas en tiempos de pandemia
El acompañamiento emocional de las personas, y en muchos casos de sus familias, es clave para que se pueda encarar una búsqueda activa de empleo en las mejores condiciones. Hay que afrontar situaciones de ansiedad, depresión, desmotivación y falta de perspectiva de futuro, motivadas por la pandemia, especialmente la pérdida de empleo y por la situación de hundimiento del mercado de trabajo.
La digitalización de la orientación también es uno de los desafíos más significativos. Hemos tenido que elaborar material de orientación online que permita seguir con las actividades pensadas en el sistema presencial. Nuevos recursos y herramientas de orientación online. Nuevas formas de atención y seguimiento. Y aplicar nuevas estrategias para superar la brecha digital y social que sufren muchos sectores y especialmente los jóvenes. Sin duda, la digitalización ha generado nuevas oportunidades, que han permitido desarrollar estrategias más escalables que seguirán aplicándose cuando regresemos a la normalidad.
Cuando trabajamos en la orientación con jóvenes un punto clave es prevenir el abandono escolar y promover el retorno educativo. Según se desprende de los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) para el 4º trimestre del 2019, el abandono educativo temprano en España, se situó en un 17,3 %. Con el confinamiento que hemos sufrido desde marzo y el cierre de los centros educativos el problema se ha agravado. Acusándolo sobre todo aquellos jóvenes de estratos socioeconómicos más bajos.
En este ámbito las Escuelas de Segunda Oportunidad, ofrecen una respuesta integral, adaptada. Se trata de un modelo pedagógico original basado en una formación innovadora a través de itinerarios personalizados, un refuerzo en competencias básicas y laborales, experiencias prácticas en vinculación con el mundo empresarial, y un apoyo en demandas sociales con una especial atención a los más vulnerables, especialmente, jóvenes entre 16 y 29 años con especiales dificultades, sin empleo y/o formación.
Las Escuelas de Segunda Oportunidad (E2O) son un modelo de éxito, que restaura la confianza de los jóvenes en el futuro. Su implantación nacional está articulada a través de la Asociación Española de Escuelas de Segunda Oportunidad. Actualmente, hay en España un total de 42 Escuelas de Segunda Oportunidad acreditadas.
La colaboración con las empresas es fundamental en los procesos de orientación. Hay que fomentar que participen y se involucren en todas las fases del proceso, con el fin de hacerlas copartícipes en la búsqueda de resultados exitosos para los jóvenes. Pues no solo hay que sensibilizarlas en la contratación, también hay que buscar su responsabilidad social empresarial y el voluntariado corporativo para que participen activamente en los procesos de orientación y formación profesional. Las prácticas profesionales en los centros de trabajo, la formación dual, las relaciones de mentoring, y el coaching son algunos ejemplos de cómo la implicación empresarial está proporcionando resultados muy positivos en la orientación profesional.
En el contexto de crisis actual, las alianzas con las empresas, debe abarcarse desde los servicios de orientación profesional como una oportunidad para la innovación, para crear sinergias, para la mejora de resultados y para alinear las capacidades y las oportunidades.
Hay que reconocer a los y las profesionales que trabajan en orientación laboral, que pese a la grave situación y al aumento considerable de su trabajo no han parado de innovar y de experimentar nuevas fórmulas y servicios, para dar respuesta a las demandas de las personas desempleadas y seguir generando oportunidades.
Es el momento de poner en valor algunas experiencias, como los Programas de inserción laboral gestionados por administraciones públicas y por entidades sociales, que desarrollan un trabajo especializado que pretende ejercer de puente entre jóvenes enriesgo de exclusión social y las empresas. Su objetivo principal es mejorar la empleabilidad de los jóvenes más vulnerables, dotándolos de las herramientas técnicas y competencias requeridas para lograr una eficaz inserción profesional y su inclusión social activa.
El trabajo orientador de estas entidades resulta en ocasiones desconocido, pese a que desarrollan una labor imprescindible y útil para cualquier empresa que desee ofrecer oportunidades de inserción a jóvenes que se encuentran en situación de especial vulnerabilidad.
Las lanzaderas de empleo son otro ejemplo de innovación. Un equipo de personas desempleadas con diferentes edades, perfiles formativos y trayectorias laborales que, durante unos meses, se reúne varios días a la semana, para entrenar una búsqueda de trabajo innovadora, proactiva y organizada, con la finalidad de lograr encontrar un empleo, ya sea por cuenta ajena o propia. La participación es voluntaria y gratuita y, en este reto, los participantes cuentan con la ayuda de un técnico, que los acompaña y orienta en la búsqueda activa de empleo. En la lanzadera se trabajan aspectos como la inteligencia emocional, la comunicación y la creatividad, así como nuevas técnicas de elaboración y presentación de currículos y dinámicas para afrontar las entrevistas de trabajo; todo para diferenciarse y posicionarse mejor en el mercado laboral.
Mentoring y coaching. Iniciativas de voluntariado corporativo que pretende mejorar la empleabilidad de jóvenes en riesgo de exclusión social a través del coaching y del mentoring. Está dirigido a empresas socialmente responsables que quieren involucrar al personal de la empresa en una acción solidaria concreta durante un tiempo limitado y con unos resultados asegurados. Para ello, se forma a voluntarios corporativos de empresas para que puedan hacer de «coach» a estos jóvenes. De esta manera el joven conoce el mundo de la empresa por dentro, descubre su vocación con el objetivo de motivarlo para continuar su formación y para mejorar sus posibilidades de inserción.
Desde la orientación laboral seguimos trabajando para toda una generación joven que se ve amenazada con quedar bloqueada con la actual crisis. Aunque hay que tener en cuenta que esta pandemia ha abierto una serie de oportunidades nuevas. Algunas inimaginables, otras inabarcables hasta ahora. Afrontando un nuevo cambio de paradigma que afectará tanto a los que se incorporan al mercado de trabajo como aquellos que nos encontramos inmersos en él.
FUENTE Y AGRADECIMIENTOS A:
- José Antonio Naveros Arrabal. – Director general de la Asociación Arrabal AID y técnico en orientación laboral (Andalucía)
- EDUCAWEB
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- https://www.educaweb.com/noticia/2020/12/21/reto-orientacion-laboral-jovenes-tiempos-covid-19-19387/