La formación del futuro, según el SEPE

La formación del futuro, según el SEPE
La formación es un punto importante a la hora de mejorar la empleabilidad. Los servicios públicos de empleo han indagado en las necesidades formativas de las distintas ocupaciones y han llegado a conclusiones muy orientativas. Te hablamos de la formación del futuro que el SEPE propone en relación con la formación y que convendría poner en práctica desde este mismo año que acaba de comenzar.

En su Informe de prospección y detección de necesidades formativas, esta institución ha profundizado en cuáles son los conocimientos y estudios que se van a solicitar para los puestos que se ofertarán en un futuro. Hablan a corto-medio plazo, cuando se requiera un reemplazo generacional y las nuevas profesiones relacionadas con los avances tecnológicos requieran reclutar mucho más talento.

Las conclusiones a las que han llegado los expertos que lo han elaborado tienen por misión atender estos dos frentes:

  • Aspectos clave que debe abordar la oferta formativa.
  • Recomendaciones concretas para cada grupo ocupacional.

Abordarlos permitirá adecuar la programación formativa al sistema productivo de los próximos años.

Diez aspectos que se deben tener para la formación del futuro

1. Una parte de la demanda en el futuro va a suceder por sustitución y no porque se creen nuevos puestos. Es importante planificar el relevo de los profesionales que se vayan jubilando y prever las actividades que producirán mayor flujo de empleo. Por otro lado, en los sectores que pierden puestos debido a la automatización se ha de recualificar a los profesionales que trabajan en ellos. Estas mismas acciones valen también para parados de larga duración.

2. Las personas que inician un negocio, que quieren emprender o ser autónomos, requieren una formación orientada a la gestión de la empresa, contabilidad y operaciones básicas financieras que no poseen necesariamente en sus comienzos. Esta capacitación es esencial para la supervivencia de muchas de las iniciativas empresariales.

3. La formación ha de llegar a todos los niveles, incluida la universidad. Una vez detectadas las necesidades formativas, hay que determinar las que pasarán al sistema de estudios superiores, no quedarse solo en etapas intermedias y formación continuada.

4. La población joven es la que más está tardando en recuperar el empleo. Hay que dirigir planes específicos para evitar que se incorporen demasiado tarde al mercado laboral y la precarización de sus contratos. En este sentido, se requiere una formación más orientada a un contenido práctico y programas efectivos de prácticas en empresas.

5. Es necesario estudiar más a fondo los colectivos que se quedan en una situación especialmente desamparada, como son los parados de larga duración, entre otros. Determinar la causa por la que les resulta más difícil reincorporarse al mercado laboral y reforzar sus competencias son dos pasos que pueden impulsar su empleabilidad.

6. Desde los servicios públicos de empleo se observa un desajuste entre la oferta de vacantes más difíciles de cubrir y las competencias de los perfiles que se presentan a estas vacantes, que no son suficientes. Una estrategia formativa adecuada lograría equilibrar ese desajuste.

7. La programación de la oferta formativa requiere una planificación que contemple variables como, por ejemplo, si se ofertaron acciones similares en años anteriores, en qué fecha se lanzan las convocatorias, cuántas horas suponen y en qué horarios, así como el número de participantes en ediciones anteriores.

8. También es importante determinar el tipo de acreditación que se va a conseguir con cada acción formativa. Especial atención merecen las profesiones reguladas a las que solo se accede con determinado certificado profesional. Aparte, hay que tener en cuenta los programas mediante los cuales se acreditan competencias a través de la experiencia.

9. Los docentes encargados de impartir la formación han de actualizar de manera continua sus competencias. Donde más se observa esta necesidad es en los ciclos formativos y certificados profesionales. Por un lado, se requiere estar al día del avance de los sectores, de la práctica empresarial y del grado de especialización. Por otro, para los certificados de profesionalidad de menor grado, se podrían habilitar docentes con mucha experiencia pero que no pueden acceder a este tipo de puesto por su bajo nivel académico.

10. Hay áreas que se consideran prioritarias que están demandando candidatos y no los encuentran por falta de competencias. Sucede sobre todo en el ámbito de la tecnología de la información y comunicación, que necesita en muchos casos equipos multidisciplinares de profesionales.


La formación del futuro, según el SEPE https://goo.gl/BQdGYK vía @Infoempleo


 

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