En los últimos años las oportunidades de teletrabajar se han multiplicado gracias a la aparición de multitud de herramientas tecnológicas. Pero el empresario español es todavía reticente a plantear la posibilidad del teletrabajo en su empresa. Cambiar la forma de organizar el trabajo en la empresa supone primero un cambio de mentalidad en los CEOs y en los empresarios españoles. Estos siguen valorando el presentismo en el puesto de trabajo, asociando la productividad al número de horas que los trabajadores están en la empresa, por otro lado, temen perder el control si sus trabajadores realizan las tareas desde su casa.
Sin embargo, la experiencia de las empresas donde se ha implantado el teletrabajo ha demostrado que hay una mayor productividad y calidad en el trabajo, que supone una reducción de costes y hay una mayor fidelización de los empleados a la empresa y es una de las estrategias a tener en cuenta si se quiere instaurar un modelo de gestión del talento en la empresa.
Los temores empresariales para implantar el teletrabajo podrían desvanecerse si se explica el proceso de implantación con sus diferentes fases; estas son las fases de implantación:
Identificación de los puestos de trabajo
El equipo encargado de la implantación del teletrabajo en la empresa debe disponer de una descripción detallada de los puestos de trabajo de la organización y conocer las tareas necesarias a desarrollar para el cumplimento de los objetivos de cada puesto de trabajo.
Si se dispone de esa información será fácil detectar que puestos de trabajo podrían desarrollarse fuera de la empresa y por lo tanto ser susceptibles de implantación del teletrabajo.
Evaluación y desarrollo de las competencias requeridas
Los ocupantes de esos puestos de trabajo susceptibles de implantación del teletrabajo deben tener unas competencias y habilidades que requiere esta modalidad de trabajo, destacando 3 grandes grupos:
- Competencias tecnológicas : Actitud favorable hacia la tecnología, y dominio de determinadas competencias técnicas necesarias para entender y aplicar correctamente las tecnologías de la información y la comunicación.
- Competencias de autogestión del trabajo: El teletrabajador ha de ser capaz de controlar, organizar y planificar de manera autónoma la cantidad y calidad de su trabajo, así como el tiempo y ritmo de dedicación al mismo.
- Habilidades de comunicación no presencial: Se exige al teletrabajador el dominio de una serie de habilidades de comunicación no presencial como la comunicación telefónica y comunicación escrita
Si se carece de estas competencias o habilidades deben adquirirse por ello es importante la formación en el desarrollo de estas competencias de los trabajadores. Además deberán tenerse en cuenta estas competencias en los procesos de selección y en el reclutamiento de los candidatos que vayan a ser teletrabajadores.
Determinación de los objetivos
Un aspecto clave es la definición y establecimiento de objetivos a los teletrabajadores, es necesario transmitir con claridad los objetivos individuales de cada teletrabajador y que exista un consenso en su consecución.
Los teletrabajadores deben tener claro sus metas a corto, medio y largo plazo y tener en cuenta el período de realización y calendario de entregas en su caso.
Planificación de los recursos necesarios
Teniendo en cuenta los objetivos es importante que se cuente con las herramientas tecnológicas necesarias para su consecución desde fuera de la oficina, que podrían abarcar, desde telefonía IP y comunicaciones unificadas, correo electrónico corporativo, sistema de videoconferencia, programas colaborativos online Dropbox, Google Drive, Skype etc.
Además se deberán tener en cuenta los aspectos logísticos, los equipamientos necesarios, la documentación necesaria y los aspectos legales de seguridad e higiene.
Evaluación del trabajo
Esta fase es clave, puesto que daría solución a los temores de los empresarios para no aplicar el teletrabajo en su empresa por falta de control directo sobre los trabajadores.
Evaluar el desempeño de estos trabajadores no es difícil ,si se tiene en cuenta que se puede desarrollar una Evaluación participativa por objetivos (EPPO), esta evaluación requiere:
- Formulación de unos objetivos consensuados en los que el evaluado, es decir el teletrabajador, debe aceptar los objetivos y comprometerse, un compromiso personal frente a la consecución de los objetivos conjuntamente establecidos.
- La asignación suficiente de los recursos y los medios necesarios para conseguir los objetivos.
- Una revisión periódica del avance hacia los objetivos.
Seguimiento
Como cualquier estrategia deberá tener su seguimiento, deberá valorarse los resultados obtenidos y la comprobación de la correcta ejecución de las fases señaladas en el proyecto de implantación.
AUTORA: MARTA MARTINEZ @vicesmar
FUENTE: BLOG DE IMF-FORMACIÓN