Aunque la tasa de paro en España sigue siendo una de las peores de Europa, con un 15,3% en junio de 2018, esta se ha ido recortando progresivamente y las previsiones no son malas. Se espera que en 2021 caiga al 10,7% y se alcancen 20,7 millones de ocupados. En efecto, la última actualización del ‘Programa de Estabilidad 2018-2021’ aprobado en abril por el Consejo de Ministros, recoge que en un período de tres años, 2018-2021, se crearán hasta 1,7 millones de empleos y el número de parados bajará en 1,3 millones.
Son cifras halagueñas que han ido anunciando otros estudios como el XX ‘Informe Infoempleo Adecco’ de 2016, en el que se constata un crecimiento del 10,62% de la oferta de empleo en España durante 2016, encadenando cuatro ejercicios consecutivos de aumentos. ManpowerGroup, por su parte, en su análisis de proyección de empleo para el tercer trimestre de 2018 prevé una creación de empleo neto del +4% (3% desestacionalizado).
El ‘Informe Infoempleo Adecco’ sitúa a la Comunidad de Madrid como la región líder en generación de empleo, con un 26% de la oferta total, seguida por Cataluña (22,4%) y País Vasco (12,15%). Mientras Manpower afirma que son las grandes compañías las que más impulsan la contratación. Pero, ¿qué buscan las empresas?
Los perfiles profesionales más demandados
Atendiendo al ‘Informe Infoempleo Adecco’, el 42,2% de las ofertas de empleo evaluadas requerían titulación universitaria; el 32,8%, estudios de Formación Profesional; y un 2% titulación de máster y/o postgrado. Ahora, el 39,2% de las empresas que demandan titulados universitarios en sus ofertas valora muy positivamente los estudios de postgrado en el candidato.
La consultora Randstad ha hecho una selección de los estudios superiores con mejor salida laboral, aquellos cuya tasa de paro se posiciona por debajo del 10%. Básicamente, la formación en Electrónica, Tecnología, Sanidad y Actividades Deportivas eleva sustancialmente las posibilidades de acceder a un empleo. Pero, son los estudios relacionados con las Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (el famoso acrónimo en inglés STEM) los que tienen las mejores perspectivas laborales para los próximos años.
Jonathan Bar-Magen Numhauser, profesor en U-Tad del ciclo formativo de Grado Superior en Desarrollo de Aplicaciones Multiplataforma (DAMP), asegura que «DAMP, hoy por hoy, es el pilar central de los estudios tecnológicos. Aglomera todos los conocimientos necesarios para transformarse en Full Stack, para poder trabajar a nivel transversal y cubrir un campo cada vez más solicitado por las empresas».
«Tanto si deseas trabajar en una empresa o quieres empezar tu propia startup, como pasó en nuestro caso con TastIt, ahora y en el futuro tendrás que adquirir conocimientos para trabajar en métodos transversales, para desarrollar en dispositivos móviles superando las dificultades que presentan, desarrollar para Rapsberris o Arduinos, lo mismo que para trabajar con servidores y Big Data», prosigue el docente.
Precisamente respecto a Big Data, José Jesús García Rueda, coordinador de I+D de Ingeniería y Postgrado en U-tad, afirma que «está suponiendo una forma radicalmente distinta de abordar la labor empresarial, lo que supone un reciclaje a gran escala de los profesionales y un auge de nuevos perfiles relacionados con estas tecnologías y con el análisis de datos«.También pone el foco sobre la ciberseguridad y, «si bien el efecto boom no es tan espectacular», sí ve que existe una marcada necesidad de profesionales preparados en esta área.
Igualmente, para el coordinador, las aplicaciones industriales de Realidad Virtual, Aumentada y Mixta se están abriendo camino a gran velocidad, así como en medicina, educación o deporte. «Es probable que no tardemos en alcanzar la masa crítica suficiente como para que la Realidad Virtual tenga tanta presencia en nuestra vida diaria como los teléfonos móviles», vaticina García Rueda.
Destrezas tecnológicas, idiomas y una buena actitud
En el documento titulado ‘Observatorio de las Ocupaciones: Los perfiles de la oferta de empleo 2018’ publicado por el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal), se matiza lo siguiente: «la necesidad empresarial de generar incrementos en la productividad y mejorar la competitividad mediante la adaptación a un nuevo entorno de Economía Digital genera que, a nivel de demanda laboral, se soliciten competencias relacionadas con la tecnología y el ámbito digital de manera transversal en casi todas las profesiones».
También el SEPE ha detectado una presencia constante en las ofertas de empleo de demanda de las siguientes actitudes: iniciativa y dinamismo, adaptabilidad y flexibilidad funcional, disposición al aprendizaje continuo, responsabilidad, actitud creativa y negociadora, actitud positiva y empatía, trabajo en equipo, calidad y excelencia en el trabajo, orientación al cliente y a objetivos, esfuerzo, comunicación, organización, perseverancia…
Conocimientos de idioma ─con una abrumadora dominancia del inglés seguido de alemán y francés─ y movilidad tanto geográfica como funcional y ocupacional son otros de los requisitos solicitados. Además, en muchos casos exigen experiencia previa, bien genérica o específica. Al hilo de la experiencia, el ‘Informe Infoempleo Adecco’ anota una demanda media de 3,5 años. Por su lado, la franja media de edad más buscada es la que se encierra entre 26 y 35 años.
La formación intensiva se convierte en tendencia
Con tanto requisito, resulta complicado hallar perfiles aptos para las nuevas profesiones. Tanto es así que existen dificultades para cubrir plazas en las áreas de Tecnología e Informática, Ingeniería y Producción y, por supuesto, Comercial y Ventas. Antes esta escasez de talento y la diversidad de competencias que se reclaman, una formación intensiva y muy conectada con el mundo laboral parece postularse como los cimientos de un futuro profesional brillante.
En este contexto, los ciclos formativos garantizan el contacto con la empresa a través de las prácticas. Por ejemplo en el ciclo de 2 años de Desarrollo de Aplicaciones Multiplataforma de U-tad, el último trimestre se dedica al trabajo practico en empresas. Es más, en su modalidad DUAL, es 1 año de formación y 1 año de prácticas en empresas.
Sin embargo, no solo destaca la experiencia en un entorno real, sino la metodología aplicada. Jonathan Bar-Magen Numhauser detalla: «La metodología de aprendizaje que hemos adoptado en nuestro centro se está usando desde hace un tiempo en EEUU y actualmente empieza a entrar en Europa y es la de cursos muy intensivos (bootcamps) dentro del marco del ciclo formativo, donde las horas están muy bien medidas y controladas para optimizar al máximo los conocimientos transferidos a los alumnos».
Los alumnos deben esforzarse al máximo, pero el profesor asegura que «agradecen la intensidad de nuestros cursos y comprueban los resultados cuando salen al mundo profesional. Esta dirección es la más adecuada y óptima para poder garantizar satisfacción de todos, tanto alumnos, empresas y centro de formación».
Para ello, U-tad tiene un claro compromiso con sus estudiantes proporcionando los recursos que necesitan, como acceso a salas MAC para aprender a desarrollar aplicaciones para iPhone y iPads con Swift. «Este es un perfil muy solicitado en el mercado actualmente y no está siendo cubierto lo suficiente por falta de profesionales preparados», desvela Bar-Magen Numhauser.
En esta búsqueda de profesionales, las empresas están apostando por la formación de sus trabajadores (en un 38,3% de las 600 empresas entrevistadas por Infoempleo y Adecco) y por la mejora de los procesos de reclutamiento y selección (32,3%). De la misma manera, están procediendo a reclutar en los propios centros educativos (23%). Sin ir más lejos, Jonathan comenta que «con la finalización de las prácticas de los alumnos de la graduación 16-18, se nos acercaron varias empresas y nos preguntaron si teníamos un mayor número de alumnos para contratar».
Como dice José Jesús García Rueda, los empleadores valoran, en definitiva, «profesionales bien formados, con profundos conocimientos de su especialidad, flexibles, con capacidad para trabajar en entornos cambiantes y con buenas habilidades de comunicación y de trabajo en equipo». En consecuencia, la formación continua podría considerarse un «debe» en el mundo actual.
FUENTE: vía @xataka