Sindrome de desgaste profesional, del trabajador quemado, estrés… Bajo múltiples denominaciones se esconde el mismo fenómeno identificado por los especialistas: una respuesta prolongada hacia estímulos ambientales estresantes y agotadores. En 2019 la Organización Mundial de la Salud identificó el burnout como un fenómeno específicamente referido al entorno laboral. Si ya antes de la pandemia el exceso de trabajo era responsable de la muerte de 2.8 millones de personas al año, con la emergencia sanitaria como telón de fondo se hace necesario comprender las causas que están detrás de este agotamiento y qué pueden hacer las organizaciones para detener el ciclo de estrés crónico.

Para ello analizamos la última edición de Author Talks, donde Lucia Rahilly de McKinsey Global Publishing conversa con Jennifer Moss, colaboradora de Harvard Business Review, y autora de The Burnout Epidemic: The Rise of Chronic Stress and How We Can Fix It.

Sigo viendo a las empresas hacer grandes declaraciones como, «Dimos una semana libre a nuestros empleados agotados». Hay tanta ironía en eso. Los han agotado, por lo que les está dando una semana libre, pero ¿han aliviado la carga de trabajo para que cuando regresen no estén lidiando con la deuda que crearon? ? Jennifer Moss, autora de The Burnout Epidemic: The Rise of Chronic Stress and How We Can Fix It

Entre los efectos positivos que ha traído la pandemia destaca sin duda una reestruturación de los valores y prioridades personales a la hora de decidir qué es lo más importante para el bienestar y la salud. Esto se ha trasladado también a las organizaciones, donde ya se sitúa a la salud mental como un aspecto fundamental a tener en cuenta en las estrategias de las compañías. Moss advierte de la necesidad de considerar la prevención del agotamiento como parte de un ecosistema en el que todas las partes deben trabajar unidas enfocando sus esfuerzos en las causas fundamentales del estrés laboral, no solo limitándose a tratar los síntomas derivados. De nada sirve que la empresa organice sesiones de yoga para que sus empleados liberen el estrés acumulado si no se trabaja para minimizar los factores que causan dicho estrés. Las medidas de autocuidado deben ser complementarias al objetivo principal: implantar formas sostenibles de trabajar para no tener que llegar a situaciones de desgaste no deseadas.

La autora ha llevado a cabo una investigación sobre la cultura del lugar de trabajo con el foco en la inteligencia socioemocional, en la construcción de rasgos cognitivos como la esperanza, la eficacia y la resiliencia. «Cuando llevas esos rasgos a tu lugar de trabajo, y éste no es receptivo al esfuerzo que estás haciendo en ti mismo, sigue restando valor a tu felicidad, tu inteligencia emocional y tu aptitud psicológica. Entonces puedes sentirte derrotado», añade.

El 85% de la fuerza laboral mundial siente que su bienestar ha disminuido en los últimos años, lo que según Moss obliga a las organizaciones a probar comportamientos diferentes a los que realizaban en los inicios de la pandemia, fomentando el feedback, la empatía y centrándose en los aspectos positivos de los que se quiere «contagiar» a los equipos de trabajo. En un ambiente positivo de colaboración y donde el reparto de responsabilidades se encuentra equilibrado, la cultura empresarial se vuelve mucho más una mentalidad de crecimiento que una mentalidad fija, consiguiendo una flexibilidad que facilita la adaptación de la estructura de la compañía a las necesidades de sus empleados.

Puedes leer la entrevista completa en el siguiente enlace:

 

 

 

 


 

Fuente y agradecimientos:     Vía ORH

VER + EN:   https://www.observatoriorh.com/orh-posts/burnout-la-otra-epidemia.html 

 

Imagen de Vinzenz Lorenz M en Pixabay


 

 

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