El sueño laboral de buena parte de la población nacional es el de crear una empresa, hacerla crecer y vivir de una idea y un proyecto de negocio propio. Llevar a cabo una labor que termine por convertir a un emprendedor en un empresario de éxito.
Como cabe suponer, la creación, desarrollo y gestión de una organización empresarial no resulta nada sencillo. Se requiere una gran capacidad de trabajo y formación en un buen número de sectores y entornos profesionales. En este sentido, existen opciones para que el emprendedor pueda aprender los elementos necesarios con los que llevar a cabo su proyecto con garantía de éxito.
Buen ejemplo de ello es el campus de Economipedia, una fórmula excepcional para aprender los secretos del mundo empresarial con la facilidad que permiten los vídeos y el entorno digital online. Con estas herramientas y vocación empresarial se tendrá mucho más fácil alcanzar el objetivo de montar una empresa. Y es que, como es bien sabido, no hay nada ni nadie que pueda parar a alguien que nunca se rinde y tiene las ideas claras.
La organización, elemento fundamental
Como cualquier idea de negocio que se acometa, la planificación resulta esencial, sobre todo en los primeros pasos. En este sentido, es necesario seguir una serie de etapas para afrontar el nacimiento de la empresa. Como cabe suponer, cada organización se ajustará, más o menos, a unos determinados parámetros útiles para su creación, aunque, como norma general, más del 70% de las empresas experimentan las mismas fases de crecimiento.
Primera fase, la idea del negocio y la realización de un plan de empresa
El embrión de todo negocio y futura empresa es la idea, que además de interesar especialmente al empresario debe poseer ciertas cualidades. Representará una oportunidad para existir en un mercado poco abastecido, habrá que estudiar y copiar las experiencias de otras empresas afines, así como conocer elementos técnicos sobre el mercado, el sector y el negocio que se quiere desarrollar.
Por otro lado, se deberá realizar un Plan de Empresa, es decir, un documento que reflejará de la mejor manera posible el proyecto de empresa que se quiere desarrollar. Deberá incluir desde cómo se va a crear hasta la forma de hacerlo realidad. Esto quiere decir que habrá que especificar el objetivo del proyecto, la actividad de la empresa, el mercado donde va a actuar, la fórmula de comercialización, la producción, la localización, la financiación y los aspectos formales del proyecto (forma jurídica, transmites administrativos…)
Segunda fase, la elección de la forma jurídica
Antes de enumerar los distintos tipos que hay, es necesario saber que la forma jurídica no es otra cosa que la identidad que adquiere la sociedad que forma parte de una empresa legalmente. Existe un buen número de posibles formas jurídicas, la elección de cada una de ellas va a depender de elementos como la responsabilidad sobre la empresa o las obligaciones fiscales, el número de promotores o el capital invertido al inicio de la actividad. Esta identidad va a determinar tanto las mencionadas obligaciones fiscales como la responsabilidad ante terceros, el funcionamiento interno, la afiliación a la seguridad social, etc.
Los tipos son:
- Para personas físicas: Empresario Individual, Sociedad Civil o Comunidad de Bienes.
- Para personas jurídicas: Sociedad Mercantil (Colectiva, Anónima, de Responsabilidad Limitada, SL Nueva Empresa, Comanditaria Acciones y Comanditaria Simple). Como Sociedad Mercantil Especial (Limitada Laboral, Anónima Laboral, Cooperativa, Garantía Recíproca, Entidades de Capital-Riesgo, Gestoras de Capital-Riesgo, Agrupación de Interés Económico, Instituciones de Inversión Colectiva, de Inversión Mobiliaria, Agraria de Transformación y Anónima Europea).
Tercera fase, la obtención de los recursos económicos
Toda organización requiere de cierta cantidad de dinero para comenzar a funcionar, pues necesita llevar a cabo la compra de maquinaria, el alquiler de instalaciones, realizar el pago a proveedores, la plantilla, así como los recursos energéticos y materia prima, entre otros y según el tipo de empresas. Las formas de acceder a los suficientes recursos económicos pueden ser las siguientes.
Mediante financiación ajena (préstamo o crédito bancario, préstamo participativo, factoring, leasing, capital riesgo, garantías-reafianzamiento, renting o business Angels). También existe la posibilidad de acceder a algún tipo de subvención o ayuda que conceda la Comunidad Autónoma o la Consejería de Industria, Innovación y Empleo. En el ámbito estatal las ayudas pueden provenir del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, como el INEM o el INSS.
Cuarta fase, los trámites
Existen dos tipos de vías para llevar a cabo todo el papeleo burocrático necesario. Por un lado, para las personas físicas ya será como Empresario Individual, en Comunidad de Bienes o como Sociedad Civil. En todos los casos no será necesario proceso previo de constitución.
Por otro lado, para las personas jurídicas el proceso será para sociedades mercantiles, con un proceso de constitución y adopción de personalidad jurídica, así como los trámites para que la empresa se ponga en marcha.
Fuente y agradecimientos: MUY PYMES
VER + EN: https://www.muypymes.com/2022/12/29/fases-creacion-desarrollo-empresa
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