¿Conocimientos o inteligencia emocional en el CV?

Está claro que los reclutadores ya no buscan únicamente trabajadores que tengan las competencias profesionales necesarias para el desempeño de sus tareas. Ahora también buscan personas que tengan otras habilidades, las llamadas sociales, que permiten una mejor y rápida adaptación a los constantes cambios.

Las reglas del juego han cambiado y, por ende, el perfil del candidato perfecto también. Según explica el director de Nexian Select&Talent, Roberto Revuelta, “atrás quedó la técnica de mirar sólo el currículum de los trabajadores, su experiencia profesional y sus competencias técnicas. Ahora también tenemos muy en cuenta su nivel de inteligencia emocional y su capacidad de comunicación y adaptación”.

En este nuevo escenario, las llamadas Soft Skills son las grandes protagonistas. De hecho, entre las principales aptitudes que buscan los reclutadores actuales están la empatía, la tolerancia a la presión, la paciencia, la flexibilidad, la capacidad para resolver problemas, trabajar en equipo y adaptarse a los cambios, la facilidad para socializar y para la escucha activa.

Estas capacidades, según Revuelta “se traducen en una buena integración de esos profesionales en su entorno profesional, con compañeros y jefes, en un alto nivel de motivación que se contagia al resto del equipo, en un buen rendimiento, en una mayor proactividad y, si fuera necesario, en un buen líder de grupo”.

De ahí que Nexian confirme que “en los actuales procesos de selección de personal se tenga en cuenta por igual o más las soft skills que las hard skills de los candidatos”. ¿La razón? Una muy poderosa: las segundas se aprenden con tiempo y voluntad, pero las primeras forman parte del ADN de cada uno y, aunque se pueden entrenar, no hay garantías de incorporarlas a la personalidad.

Eso hace que los responsables de Recursos Humanos busquen en los candidatos esas competencias blandas ya que éstas, dada la alta formación técnica de los profesionales, escasean más que las duras. No obstante, estas últimas siguen jugando un papel muy importante dentro de cualquier proceso de selección. En este sentido, según Revuelta, las “competencias duras o hard skills siguen siendo muy necesarias para que los trabajos se desempeñen con eficacia y garantías”. Sobre todo, cuando dichos trabajos requieren de determinados conocimientos o habilidades técnicas.

De ahí que los reclutadores sigan viendo con muy buenos ojos, entre estas competencias, los conocimientos en idiomas e informática o programación, las habilidades en mecanografía, los grados o certificados académicos, las experiencias o las formaciones seguidas en el extranjero o, dependiendo de los empleos, el manejo de maquinaria industrial.

En definitiva, el CV perfecto debe representar una combinación entre ambos tipos de habilidades. Eso sí, hay que tener en cuenta que las habilidades duras se miden de la misma manera independientemente de cual sea la empresa, mientras que las blandas son analizadas en función de la cultura de cada compañía y de los trabajadores o equipos que en ella trabajen.