por Alexandra Canals, Psicóloga especializada en temas familiares, de pareja e infancia.

El otro día, en una cena de amigos, el tema del trabajo no tardó en aparecer. Salió el tema de que el jefe de equipo de una de mis amigas les proponía pasar un fin de semana en una casa rural. 

Al exponer la buena relación que mi amiga mantiene con sus compañeros y su jefe, no fueron pocos los que cuestionaron el ir a esa casa rural, ya que el jefe podía estar sugiriendo quedadas informales porque le gustaba tener buena relación o porque los quería contentos para que así fueran más motivados a trabajar y, así, fueran más productivos.

Nuestra conclusión en la cena fue: “¿y realmente importa el porqué lo haga si yo voy a ir más a gusto al trabajo?”. Pasamos muchas horas en el trabajo y nos merece la pena estar a gusto y motivados.  

La motivación es uno de los motores a la hora de hacer cosas en nuestra vida. La expresión de “querer es poder” hace referencia a este concepto: cuando yo quiero algo, no me importa lo que cueste para conseguirlo. Así pues, la motivación hará que no nos importe estar 10 minutos más en el trabajo, que acabemos una tarea por el bien del equipo o que hagamos esa tarea con todo nuestro ser.  

Desde el inicio de la pandemia, la fórmula del teletrabajo se ha convertido en una opción más de peso a la hora de trabajar, ocupando más de la mitad del tiempo laboral en muchos casos.  

Esta fórmula nos ha aportado ventajas – como poder ahorrar tiempo en desplazamientos, poder organizarnos el trabajo más a nuestra medida- e inconvenientes. Uno de ellos es cómo mantener nuestra motivación e ilusión trabajando de manera aislada, en nuestro entorno hogareño.  

Cuando nos planteamos cómo estar motivados cuando teletrabajamos, lo podemos hacer desde la posición de la empresa hacia sus trabajadores o desde la posición del empleado. 

Empezaremos por el prisma de la empresa. ¿Qué puede hacer la empresa para mantener a sus empleados motivados?  

  1. Pensar en el bienestar del empleado. Se pueden sugerir actividades que ayuden a desconectar e incluso introducirlas en la jornada laboral. Esto puede incluir desde ejercicio físico a consejos de alimentación y descanso.  
  2. Promover la comunicación fluida. Al no estar presentes físicamente, el factor comunicacional se pierde, desde los encuentros informales a las reuniones más formales. Así pues, para transmitir la sensación de que aún estamos conectados y somos un equipo, es aconsejable aumentar los canales de comunicación para poder hacer llegar toda la información necesaria, así como para evitar el sentimiento de soledad y mantener el sentimiento de pertenencia hacia la empresa.  

El trabajador necesita sentirse escuchado y que su opinión también importa a la empresa.  

Hoy en día tenemos las nuevas tecnologías que nos permiten colaborar en proyectos, participar en reuniones o tomar un café virtual. 

3.  Seguimiento del trabajador. Si hacemos un seguimiento del trabajo hecho por los trabajadores, a través de la consecución de objetivos diarios, entre otros aspectos, y les hacemos saber que lo están haciendo bien y cómo mejorar algunos aspectos de manera constructiva, estos se van a sentir valorados y, por tanto, motivados por seguir trabajando más y mejor. Cabe recordar que deberemos felicitar en público para que aquella persona se sienta valorada frente a todo el equipo, pero presentaremos la crítica de manera privada para que aquella persona no se siente cuestionada o ridiculizada.  

Podemos incluso premiar al trabajador con flexibilidad horaria, remuneración o más poder de decisión.  

4.  Mantener horarios claros. Es importante que el trabajador no esté trabajando más de lo que debería y pueda conciliar bien su vida laboral y personal. Consecuentemente, tener unos horarios claros es de gran utilidad para posibilitar una desconexión real del trabajo. 

Y bien, si eres un trabajador, debes estar pensando, ¿y qué puedo hacer yo? Por mucho que tu empresa se preocupe de que estés motivado, en última instancia, es a ti a quien te preocupa estar motivado por tu trabajo y así poder evitar otras situaciones estresantes.  

1.  Incluye rutinas prácticas de respiración y mindfulness para poder lidiar con situaciones estresantes que puedan presentarse durante el día. El hecho de aprender a estar presente en cada momento, hace que la ansiedad por anticipar situaciones o el excesivo ruido mental desaparezcan. Al mismo tiempo, esto nos permite aprender a escuchar nuestro cuerpo y aprender a descifrar qué es lo que necesitamos en dicho instante.

2.  Crea una nueva rutina y marca dos o tres objetivos a conseguir al día siguiente para que así, al empezar a trabajar, puedas estar enfocado a conseguirlos. El saber hacia dónde vamos nos mantiene focalizados y motivados para conseguirlo.  

3.  Cuídate. Esta palabra es sencilla de decir pero más complicada de llevar a cabo, y más si estamos bajo estrés. No debes olvidar que una alimentación sana y equilibrada y descanso son los pilares de nuestro bienestar sin los cuales es difícil estar bien ni rendir en el trabajo

Además, respeta tus descansos para poder sentirte equilibrado y con la mente clara. Tómate un descanso como seguramente harías en la oficina, aunque sea solo, y prepárate un café o sal a tomar el aire durante 10 minutos. Restaurar la energía cognitiva y física mitiga el cansancio mental y favorece la memoria. 

4.  Benefíciate de la luz natural. Deja entrar la luz natural para mejorar tu ritmo circadiano y favorecer el descanso, mejorar tu rendimiento cognitivo (ya que la luz siempre ha marcado nuestro momento de actividad) y mejorar tu salud visual. Si bien puede ser complicado trabajar con el ordenador en el exterior, puedes incluso hacer alguna tarea al exterior y, así, beneficiarte del sol y del oxígeno que tanto necesitamos. 

5.  Comunícate con tus compañeros y jefes y hazles saber aquello que te preocupa o, simplemente, ten una conversación trivial como lo harías de manera presencial. Estos pequeños descansos nos dan energía para seguir trabajando. 

6.   Aprende algo nuevo. Con tal de sentirte capacitado para afrontar las tareas que te son encomendadas o para abrir horizontes y poder asumir nuevas tareas que te permitan hacer algo nuevo, revisa tus habilidades, capacidades e intereses y apúntate a ese curso o ese seminario. El salir de tu zona de confort te aportará nuevas oportunidades y te hará contar con más recursos que reforzarán tu autoconfianza y concepto de ti mismo.  

Si pese a todos los recursos expuestos, estás sintiéndote aislado, poco motivado, sin ganas de trabajar ni de hacer nada, deberías consultar con un profesional para que pueda ayudarte a buscar la causa y hacer que este episodio de tu vida pueda ser solucionado.  

 

 

 


 

Fuente y agradecimientos:     Vía ORH

VER + EN:   https://www.observatoriorh.com/mindgram/mantener-motivacion-laboral-remoto.html 

 


 

 

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