Que emprendimiento es una de las palabras clave más referenciada en noticias relacionadas con el empleo, la reactivación económica o la salida profesional de personas jóvenes y/o desempleadas resulta bastante obvio. Que en los últimos años han proliferado múltiples planes, programas, aceleradoras, incubadoras, redes de business angels, políticas y servicios públicos, e incluso canales televisivos y magazines especializadas, también.
Sin embargo, y más allá de los círculos informales y de confianza, poco o nada estamos oyendo de cómo están siendo vividas y gestionadas las vidas de las personas que de forma consciente e inconsciente se aventuran a emprender.
Apenas contamos con datos cualitativos o reproductivos acerca del emprendimiento y de los niveles de calidad de vida y bienestar relacionados con este. Ni con cuantitativos acerca de, no el número de empresas o profesionales que de dan de alta, sino de las que se dan de baja y porqué. Y mucho menos de datos basados en modelos econométricos que incluyan un mix de variables como: niveles de renta, niveles educativos, capacidades personales, factores vulnerables de las personas emprendedoras (sociales, culturales, económicos,…), políticas territoriales de emprendizaje, tipología de proyecto o modelo de negocio, acceso a la financiación, el estigma social, la cultura innovadora,… etc.
Si entendemos que el fomento del emprendimiento debe entrar en una fase madura e instalarse como una opción de vida y desarrollo económico para parte de la población y el territorio que habitan, quizás convendría comenzar a hacerse nuevas preguntas que respondan a la complejidad del ecosistema emprendedor. Acercarse a una balanza entre la Sostenibilidad del entorno, la Vida de la persona emprendedora y la Viabilidad del proyecto. Términos que conforman este palabro, SosteVidabilidad.
Que emprendimiento es una de las palabras clave más referenciada en noticias relacionadas con el empleo, la reactivación económica o la salida profesional de personas jóvenes y/o desempleadas resulta bastante obvio. Que en los últimos años han proliferado múltiples planes, programas, aceleradoras, incubadoras, redes de business angels, políticas y servicios públicos, e incluso canales televisivos y magazines especializadas, también. Sin embargo, y más allá de los círculos informales y de confianza, poco o nada estamos oyendo de cómo están siendo vividas y gestionadas las vidas de las personas que de forma consciente e inconsciente se aventuran a emprender.
Apenas contamos con datos cualitativos o reproductivos acerca del emprendimiento y de los niveles de calidad de vida y bienestar relacionados con este. Ni con cuantitativos acerca de, no el número de empresas o profesionales que de dan de alta, sino de las que se dan de baja y porqué. Y mucho menos de datos basados en modelos econométricos que incluyan un mix de variables como: niveles de renta, niveles educativos, capacidades personales, factores vulnerables de las personas emprendedoras (sociales, culturales, económicos,…), políticas territoriales de emprendizaje, tipología de proyecto o modelo de negocio, acceso a la financiación, el estigma social, la cultura innovadora,… etc.
Si entendemos que el fomento del emprendimiento debe entrar en una fase madura e instalarse como una opción de vida y desarrollo económico para parte de la población y el territorio que habitan, quizás convendría comenzar a hacerse nuevas preguntas que respondan a la complejidad del ecosistema emprendedor. Acercarse a una balanza entre la Sostenibilidad del entorno, la Vida de la persona emprendedora y la Viabilidad del proyecto. Términos que conforman este palabro, SosteVidabilidad.
Es desde esta perspectiva y necesidad de la que se partió para realizar las Jornadas sobre Emprendimiento y SosteVidabilidad organizadas el pasado 2 de marzo, por DEMA y el Departamento de Empleo, Inclusión Social e Igualdad de la Diputación Foral de Bizkaia, en colaboración con la UPV/EHU y ColaBoraBora. Una jornada en la que participaron más de 150 personas provenientes de administración pública, entidades privadas, así como personas emprendedoras, en paro y estudiantes. Resultado de la misma hemos editado un informe, que puedes descargarte aquí abajo en PDF. En una primera parte se detallan afirmaciones, conversaciones, ideas y prácticas que nos presentaron más de una decena de ponentes. La segunda parte relata la dinámica sesión de co-creación planteada a partir de este reto:
¿Cómo llevar a cabo un proyecto de emprendimiento con recorrido a medio y largo plazo que además de hacerse viable y sostenible, consiga poner la vida en el centro?
Desde aquí compartimos algunas de las claves que emergieron en la jornada sobre las que seguir nutriendo este necesario debate y rediseño del ecosistema emprendedor.
DISEÑAR Y PROGRAMAR CON LAS EMPRENDEDORAS
Las propias personas emprendedoras han sido una parte importante de las jornadas. Esto debería valorarse de forma muy positiva por los agentes público-privados a la hora de diseñar nuevos programas y estrategias en los que es imprescindible colocar a las personas usuarias en el centro. Diseñar out-inside (de afuera adentro) frente a inside-out (de dentro afuera).
- Se necesita incorporar nuevas formas de trabajar atravesadas por la co-creación, la escucha empática, la horizontalidad, la transparencia,…etc.
- Diseñar desde la demanda y necesidades de estas; abrir nuevos canales de comunicación; prototipar y testear programas basados en nuevos modelos metodológicos como las experiencias presentadas de Taldeka(emprendimiento en equipo) o JuntasEmprendemos (emprendizaje social femenino).
- Integrar y digitalizar diferentes servicios en torno al emprendizaje para agilizar y facilitar los trámites y burocráticos para la puesta en marcha y el desarrollo. Así como individualizar y asegurar un mentoring diverso y especializado. «Acompañar de manera
situada. A cada cual según su necesidad. Buscar multidisciplinaridad. Acompañar(se).» María Saiz, directora del MBAe3 (UPV/EHU). - ¡Cuidado con la burbuja del emprendizaje! Emprender por necesidad es un error, así como la idealización del emprendimiento o la falta de deseo real. Que en lugar de perseguir los sueños se acabe teniendo la peor pesadilla de vida.
- Entender “Emprender” como un derecho social y no como única alternativa, asegurando condiciones materiales de sostevidabilidad, especialmente en colectivos más vulnerables como la cooperativa catalana Alencop, que nos presentaba una de sus socias, la senegalesa Mariem Diana Diakite.
- Identificar y trabajar sobre sus límites: emociones y estados psicológicos (miedos, falta de confianza, autolimitaciones…), soledad de la persona emprendedora, situación económica de partida (deudas, acceso a vivienda, situación irregular,…), falta de cultura empresarial o autoexigencia y perfeccionismo. “Poder ser lo máximo, pero también lo mínimo” como nos recordaba May Serrano de la Quinta Ola.
ROMPER CON LA MONOCULTURA Y ESTEREOTIPOS NOCIVOS
A la diversidad de vidas emprendedoras conviene responder con una diversidad de programas. Atender a la complejidad. Para lograr un ecosistema del emprendimiento diverso e inclusivo hay que romper, en primer lugar, con la homogeneización de los datos de éxito basada en: varón, 35 años, buen nivel educativo y posición socio-económica fuera de riesgo.
- Comenzar con el diseño de nuevos indicadores cuantitativos más inclusivos e integrarlos junto a una batería de indicadores cualitativos.
- Desmitificar la imagen de persona emprendedora única y «todopoderosa». Favorecer el emprendimiento colectivo como alternativa al boom del emprendimiento individual, promoviendo otro tipo de autoempleo, en colectivo, compartiendo riesgos, aumentando la resiliencia, iniciando procesos, creando proyectos sostenibles y socialmente responsables.“Encontrarse, hacer piña, compartir saberes, problemáticas y experiencias. Acompañarse en el camino como factor clave para las personas que emprenden” es el mensaje que nos dejaba Pilar Garay del programa de REAS Aragón, Emprendes.net.
- Visibilizar otros modelos de éxito, más allá de las StartUp tecnológicas. Modelos accesibles y familiares para un público más diverso. Darle importancia también a lo pequeño, de barrio, de crecimiento lento pero sostenible,..etc.
- Desestigmatizar el fracaso y despenalizar el riesgo.
MUJER, NI POBRECITA NI SUPERWOMAN
No podemos permitirnos replicar o asumir ciertas prácticas que nos lleven a una situación todavía más desfavorable y desigual con las mujeres . Habrá que ser hábiles y estar despiertas, unidas y activas para componer colectivamente una especie de manual sobre las buenas prácticas que aseguren un emprendizaje femenino transformador. Que las propias mujeres decidan cómo y de qué manera quieran emprender. Y esta intensa tarea será más probable según mezclemos la práctica con la teoría y el debate. Resituarse con la economía feminista, identificarse y tomar conciencia de los roles feminizados, incluir las abundancias disponibles en el proyecto, etc.
- Nuevos relatos y casos de mujeres emprendedoras. “Se necesitan nuevas metáforas que transformen realidades y rompan estereotipos”, apuntaba Idoia Postigo, colaboradora y socia de Emakumeekin.
- “No sentirse culpable por poner la VIDA en el CENTRO, por anteponer lo reproductivo para de verdad hacer viable lo productivo” (May Serrano).
- Entrar en nuevos sectores e ir más allá del autoempleo, creando empresas que crezcan y puestas en marcha por mujeres. El reciente informe “Mujeres con impacto” (Esade, 2016) indica que los motivos de elección de sectores por mujeres emprendedoras suelen estar relacionados con las personas, el ocio, la educación, el comercio o el turismo. Mientras que los hombres optan por ámbitos industriales, tecnológicos y competitivos. Y que “esta elección viene motivada en muchos casos por la necesidad de conciliar la vida familiar y de conseguir una mayor flexibilidad laboral, lo que determina que muchas mujeres se decanten por sectores que requieren menos dedicación y que les permiten equilibrar su vida laboral con la personal y social”.
- Conflicto mujer-dinero-poder-liderazgo. Son roles poco habitados por las mujeres, con lo que se está poco acostumbrada y tratarlos provoca incomodidad:
- Mujer-poder. Si lo tienes, hay muchas probabilidades de que se te (des)califique como una “arpía”.
- Mujer-dinero. Dificultad de poner precio/valor por lo que haces ¿Cuántas veces trabajas o has trabajado gratis?
- Mujer-liderazgo. Dejar que otras personas representen o visibilicen el trabajo que tú has realizado.
- Visibilizar y poner en valor algunos aspectos genuinos. “Las mujeres tienen interiorizados saberes domésticos y reproductivos que hacen más sostenibles sus iniciativas de emprendimiento”, Eva Calavia de Login_ MicroEmprendimiento entre mujeres.
- Que ser tu “propia jefa” no favorezca caer en la multitarea, precariedad y autoexplotación propia.
- Hacersse preguntas del tipo: ¿Cómo compaginar el sostenimiento de la vida y los cuidados con las exigencias de horarios, disponibilidad y flexibilidad que el emprendizaje requiere?; ¿Cuál es el máximo de cuidados que una mujer emprendedora puede absorber?; ¿Quién/es asumen esos cuidados que una mujer deja de hacer?; ¿Qué red de cuidados informal y redes mínima es necesario tener?.
INCLUIR LOS AUTOCUIDADOS EN EL CANVAS
El camino hacia la sosteVIDAbilidad en el emprendimiento ha de incorporar aspectos como la distribución igualitaria de los cuidados que recaen sobre las personas emprendedoras, especialmente mujeres. Pero no sólo. Es necesario integrar también la parte de auto-cuidados mínima para sostener unas vidas emprendedoras que merezcan la pena ser vividas. Si no se integra el plan de vida en el plan de negocio es mucho más difícil emprender de manera sostenible y a largo plazo.
- Utilizar nuevas herramientas como el Triple Balance y la Ecología de la persona: basada en tres partes: emocional, relacional y material. “El cuidado a la persona emprendedora implica: tenerla en cuenta tanto como a su proyecto, escucha activa y el conocimiento de su realidad en las tres vertientes”, Laurent Ogel de Praxxis, quien ha diseñado esta potente herramienta.
- Identificar, medir y poner en la balanza factores que tienen que ver con la vida y los afectos/relaciones, imprescindibles para que un proyecto colectivo esté sano y operativo.
- Establecer algunos protocolos mínimos para actuar en momentos críticos. No despistarse ante los cuidados de una misma, las propias condiciones laborales que establecen para ellas u otras personas a quienes implicamos, como vacaciones, ausencias y bajas, etc.
- Capacitar a personas mentoras en integrar los cuidados en los planes de negocio.
- ¿De qué manera replanteamos los modos de (re)producción, gobernanza y propiedad en un mundo de fuerza laboral formada por ejércitos de persona autónomas?; ¿Qué nuevos instrumentos, legislaciones y servicios se necesitan para sostener la vida productiva y reproductiva de las autónomas al mismo tiempo?
Para finalizar, agradecer a todas las personas participantes de las jornadas su tiempo de vida dedicado, a DEMA y Diputación Foral de Bizkaia por la organización, al Bizkaia Aretoa (UPV/EHU) por su buena acogida y a las chicas de SustraiakCatering por nutrir con buenos productos locales y ecológicos la jornada.
Y si todavía te has quedado con ganas de leer más, otros textos relacionados que quizás te interesen:
- Las conclusiones de las Jornadas de Emprendimiento y SosteVIDAbilidad apuestan por integrar el plan de vida y el plan de negocio, post de conclusiones editado por DEMA.
- Es el tiempo de la Sostevidabilidad, dentro de la sección What if… del blog ZAC (Zaragoza Activa)
- ¡Emprendendedoras, bajad la línea de flotación y contabilizad la abundancia!, a raíz de una de las sesiones de la edición de Juntas Emprendemos 2016, Bilbao.
Para leer el informe completo, haz click en este enlace.
FUENTES:
COLABORABORA.ORG – https://www.colaborabora.org/2017/05/26/un-emprendimiento-que-ponga-la-vida-en-el-centro/
ECONOMÍA SOLIDARIA ORG – https://www.economiasolidaria.org/reas-euskadi/noticias/un-emprendimiento-que-ponga-la-vida-en-el-centro – @REASEuskadi