Después de los 45 años buscar nuevas oportunidades en el ámbito laboral no es tarea sencilla. Gran parte de las empresas publican avisos ofreciendo puestos de trabajo con límite de edad.

En Latinoamérica, para una persona que pasó los 45 años es muy difícil reinsertarse en el mercado laboral. Esto tiene que ver con un contexto en donde se estima que el 80% de las ofertas de empleo buscan explícitamente colaboradores menores de esa edad.

Por ejemplo, en Argentina hay más de 800.000 personas mayores de 45 años que buscan, sin éxito, un trabajo. Se trata de personas que quedaron al margen del circuito de empleo, despedidos de los lugares donde trabajaban, aventurados a buscar nuevos desafíos, o personas que dejaron de trabajar por algún motivo y desean o requieren volver al mercado laboral.

La falta de políticas activas, tanto de empresas como del Estado, disminuye la posibilidad para que este segmento poblacional vuelva a incorporarse en el sistema. La articulación entre los sectores público y privado aparece como una oportunidad para trabajar la problemática.

Historias de superación

Gabriel Katz, un químico de 62 años, focalizó toda su carrera profesional en el área comercial y de desarrollo de negocios en distintas empresas. Estaba acostumbrado a cambiar de trabajo sin demasiado esfuerzo. A veces, buscaba otro puesto porque quería hacer algo diferente o porque las compañías le hacían propuesta laborales mejores. En marzo de 2017, lo desvincularon de un día para otro de la empresa en la que trabajaba.

“Fue una situación difícil. Bastante estresante. Si bien tenía contactos, me di cuenta que me faltaban herramientas para hacer una búsqueda laboral efectiva. Tenía el soporte de mi familia, pero necesitaba fortalecer algunos aspectos emocionales”, cuenta Katz.

Al reconocer sus debilidades, Katz comenzó a ver qué opciones tenía para mejorar y poder salir a buscar trabajo nuevamente. Pensó en coaching o una consultoría. En ese momento, encontró un artículo de un diario que hacía mención a la problemática de reinserción laboral de personas mayores de 40 años.  En aquella nota periodística aparecía la voz de Diagonal, una organización sin fines de lucro que estaba especializada en este tema. “La propuesta de esta asociación fue la que más me sedujo. Los contacté y participé en sus programas”, comenta Katz.

En junio de 2017, Katz se acercó a Diagonal y se inscribió en el Programa de Reinserción Laboral (PRL), el cual está conformado por siete talleres gratuitos, de cuatro horas de duración, con una frecuencia semanal y una modalidad grupal y vivencial. Allí, se trabaja sobre los elementos psicológicos y emocionales que intervienen en el proceso de búsqueda; en el logro de mayor claridad acerca del perfil y los objetivos laborales, y en la actualización acerca de los medios y recursos de búsqueda laboral.

Es un espacio de pertenencia, contención y asesoramiento que actúa como un agente de prevención frente a la problemática del desempleo en las personas mayores de 45 años, evitando así las graves consecuencias económicas, familiares, psicológicas y emocionales que esto produce.

“Lo que me permitió el curso fue desarrollar estrategias para reposicionarme en el mercado laboral. Yo quería volver a trabajar en relación de dependencia. Al terminar el curso, logré reinsertarme. Pasé por muchas entrevistas, algunas de ellas muy buenas y con resultados positivos. En otras, tuve rechazos por la edad. Hoy estoy en el área de consultoría de una pyme que vende soluciones y servicios orientados a empresas de Oil & Gas”, comenta el hombre de 62 años, que vive con su esposa, con la que formó una familia de tres hijos y seis nietos.

En base a su experiencia, Katz reflexiona: “La edad puede ser un impedimento, pero no te invalida para trabajar. Siempre hay obstáculos, hay que superarlos y buscar distintas estrategias”.

La coordinadora general de Diagonal, Milagros Abud, asegura que los principales miedos que traen las personas que quedan excluidas del mercado de trabajo por una cuestión etaria son: lidiar con la incertidumbre; perder la identidad, muchas veces ligada al trabajo; el rechazo; y encontrarse perdidos en la vorágine de la actualización tecnológica.

Bibi Albert tuvo que salir a buscar trabajo a los 70 años por necesidad económica. De un día para otro volvió a ser jefa de hogar para poder ayudar a su hija y nietos. Ella toda la vida se había dedicado a la publicidad y a organizar eventos. A los 55, empezó a trabajar de manera independiente, pero las propuestas que le aparecían no le parecían muy desafiantes y sentía que no le sacaban el jugo. Así que poco a poco se fue retirando de los proyectos en los que participaba. Después de una crisis familiar, necesitó generar más ingresos.

En ese momento, también se encontró con Diagonal. “De ahí, salí entusiasmada y conseguí trabajo a los 20 días. Al mismo tiempo, decidí hacer proyectos personales y ahora organizo encuentros de literatura”, comenta Albert.

Al analizar su recorrido, Albert opina: “Las personas envejecen cuando dejan de sentirse valiosas. Es importante encontrar el camino para hacer rentable lo que a uno lo apasiona hacer. Antes de conocer a Diagonal, no me sentía bien conmigo misma. Es esencial tener presente el capital enorme que tenemos por la experiencia ganada. Yo trabajé desde los 17 años”.

“Las personas envejecen cuando dejan de sentirse valiosas”, Bibi Albert.

Iniciativa del sector público

Desde el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, se lleva adelante una iniciativa para dar respuesta a esta problemática. El Programa Experiencia Activa es una capacitación que comprende cinco encuentros de cuatro horas cada uno bajo la modalidad de taller grupal.

Allí los participantes trabajan, junto con especialistas en diversas temáticas como recursos humanos y psicólogos, en cómo orientar el proceso de redefinición de la búsqueda laboral a partir del fortalecimiento emocional. Tiene como particularidad que pone el énfasis en la importancia del trabajo en grupos, ya que a través de ellos la persona tiene la posibilidad de compartir experiencias con otras que se encuentran atravesando una situación similar.

Además, al tratarse de talleres consecutivos, permite a los participantes desenvolverse progresivamente con mayor autenticidad, profundidad y consistencia en cada espacio de trabajo. Entre los contenidos que propone el programa se encuentra la capacitación en herramientas técnicas fundamentales como el currículum, la red de contactos o los nuevos modos de búsqueda, entre otros.

En septiembre de 2017 se hizo la primera prueba piloto. El año pasado participaron de este espacio 1.100 personas, de las cuales el 70% eran mujeres y el 30% hombres. “Al finalizar el taller les pedimos a los participantes que elijan un puesto de empleo referente y un suplente para mantenernos en contacto. Ellos quedan en una base de datos y cuando nos llegan ofertas laborales, se las compartimos”, cuenta la subgerenta de Empleo Joven y Autorización de Trabajo de la Subsecretaría de Trabajo, Industria y Comercio, María Gabriela Signes.

Rol de las empresas

Según la directora ejecutiva de Fundación Diagonal, Gabriela Halperin, la inclusión laboral del segmento de personas de más de 45 años no es un asunto que esté en agenda. “Es importante sensibilizar en las empresa respecto a este tema, que es un problema no solo en Argentina, sino regional”, destaca. Abud agrega: “Las empresas no tienen que poner el acento en la edad, sino en las competencias para el puesto”.

Falta de flexibilidad, uso limitado de la tecnología, sobrecalificación, problemas para trabajar con gente joven, altas expectativas salariales… son algunos de los estereotipos de los mayores de 45 años que buscan empleo.

Respecto a los miedos que puede tener el sector privado de contratar personas de más de 45 años, Pablo Liotti, gerente de Marketing y Sustentabilidad del Grupo Adecco en Argentina y Uruguay, sugiere: “Desde el lado de las empresas muchos tienen determinados prejuicios acerca de este colectivo como puede ser la falta de flexibilidad, el uso limitado de la tecnología, la sobrecalificación, la baja capacidad para trabajar con gente más joven, las altas expectativas salariales… situaciones todas que una vez que se insertan dentro de la problemática obedecen más a preconceptos que a situaciones reales”.

Es más frecuente que los candidatos de más de 45 años accedan a empresas donde la problemática de inserción y el tener equipos diversos sea un tema en agenda. Muchos departamentos de sostenibilidad o RSC están abordando esta problemática y han dictado recomendaciones a los diversos departamentos de Recursos Humanos.

“Aquellos que han hecho una pausa, sea cual sea el motivo, en su carrera laboral es menos frecuente que su primer puesto al que acceden sea de ejecutivo, quizás es más común hallar a ejecutivos de más 40 años en aquellos que han desarrollado una carrera laboral ininterrumpida”, detalla Liotti.

Según el ejecutivo de Adecco, el hecho que muchas de estas personas tengan dificultades a la hora de insertarse en el mercado laboral genera una menor rotación y mejores niveles de asistencia. “También por la misma experiencia que poseen, es muy probable que hayan desarrollado muchas de las habilidades blandas que son tan demandadas por las empresas. En definitiva son todos factores que generan una mayor competitividad para la empresa”, agrega.

El ser conscientes que las personas mayores de 45 años son un grupo vulnerable en materia de empleo es necesario para generar este cambio de mentalidad, y más aún en las empresas que no cuentan con ellos en su staff.

“Desarrollar políticas activas desde el sector privado a favor de la empleabilidad de este colectivo, tanto en las empresas grandes como en las pymes, se hace muy necesario”, reflexiona Liotti.


 

Florencia Tuchin

FUENTE: COMPROMISO EMPRESARIAL vía @Compromiso_Empr

VER + EN: https://www.compromisoempresarial.com/rsc/2019/08/excluidos-del-mercado-de-trabajo-por-la-edad-un-problema-internacional/ 

 

Imagen de meineresterampe en Pixabay 

 


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